21: No eres tú, soy yo

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Recuerden que hoy hay doble actualización, así que si no han pasado por el capi 20, tienen que devolverse. Advertencia: Este capítulo tiene contenido +18🌚

Nate me pidió que lo esperara en el jardín dado que él tenía que ir al baño

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Nate me pidió que lo esperara en el jardín dado que él tenía que ir al baño. Me puse un poco tensa pero por fortuna Wesley fue la primera persona a la que me encontré. Se veía como un Hobbit al lado de Denali —y eso que él era más alto que yo—, y aun así lucían como una pareja sensual, o quizás era el sex appeal que ambos destilaban. Estaban rodeados de un grupo de personas, sin embargo, en cuanto la mirada de mi amigo reparó en mí, me sonrió y se apartó de sus invitados para hablar conmigo.

—Así me gusta verte, Fitz —dijo apenas me alcanzó. Su cabello claro brillaba debajo del inminente sol y sus ojos marrones chispeaban alegres—, pasándola bien, aprovechando las oportunidades.

—¿A qué te refieres?

—No hace falta que disimules conmigo. Muchos de nosotros te vimos a ti y a Nate besándose en mi balcón. ¿Qué tal estuvo? —preguntó con la emoción de un niño de trece años—. Te confieso que no esperaba que sucediera, al menos no tan temprano. ¿Estás bien o necesitas que te busque un paramédico?

Rodé los ojos y lo golpeé en la frente.

—Claro que estoy bien. No es como si me hubiera muerto solo porque el amor de mi vida finalmente me besó y me dijo que le gusto. Ya soy una adulta y puedo lidiar con esto de forma madura, Wesley Arlington.

Mis palabras le divirtieron y me dedicó una mirada escéptica.

—¿Ah sí?

—Por supuesto que no, Wes. No sé qué hacer. Trato de mantener la calma pero me estoy muriendo por dentro, en el buen sentido.

Sonrió y pellizcó mi mentón con dulzura.

—Solo déjate llevar, Fitz. No pienses demasiado y disfruta el momento.

—Es lo que estoy intentando. ¿Y tú? Te ves muy amigable con Denali.

—Ah, sí —respondió como si el asunto no fuera importante—, lo normal. Solemos vernos cuando visita Nueva York y la pasamos bien juntos. —Su mirada se desvió hacia otras personas que recién habían llegado y llevó la mano a mi hombro—. Te veo en unos minutos, ¿sí? Ah, y si te sirve de algo, la segunda mejor habitación de la casa está a la derecha de las escaleras, la segunda puerta. Tiene jacuzzi y está equipada con juguetitos. —Levantó las cejas con insinuación.

Me reí y negué con la cabeza. Un mesonero me ofreció canapés y una nueva copa de champán —que por supuesto acepté, sobre todo los canapés—, y mientras esperaba a Nate decidí sentarme en una de las tumbonas que rodeaban la piscina.

El volumen de la música empezaba a subir de a poco y la gente, en consecuencia, hablaba cada vez más alto. La casa ya no se encontraba vacía, todo lo contrario, calculaba que antes de ponerse el sol, la casa de Wesley estaría abarrotada de personas. Algunos estaban ya dentro de la piscina, otros más cerca de los árboles, unos incluso se habían ido a jugar golf —porque la casa de Wes era tan fabulosa que tenía un pequeño campo de golf—, y también estaban los que preferían mantener las conversaciones dentro de la casa, a quienes podía ver perfectamente a través de los ventanales.

Vendiendo mentiras © [Vendedores #2]Where stories live. Discover now