22: Reemplazable

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*Capítulo bastante largo (contaría como doble actualización), pero porque escribir sobre Wesley me inspira😂.

Nota previa: quienes han estado conmigo desde el inicio saben que aprecio y quiero mucho a cada lector que invierte su tiempo en una novela mía; saben que suelo responder todos los comentarios que puedo. Sin embargo, últimamente mi cuenta ha crecido rápido (¡gracias por eso!) y el volumen de comentarios que voy recibiendo en los 11 libros que tengo en mi perfil me supera y cada vez respondo menos. De verdad lo siento😭, sé que es un poco tonto que dé explicaciones, pero me encanta responderles y leerlos, y últimamente solo puedo leerlos (y no todos porque Wattpad muestra un número limitado de notificaciones). Prometo responder cada vez que tenga oportunidad y gracias por estar en este viaje conmigo❤️️.

 Prometo responder cada vez que tenga oportunidad y gracias por estar en este viaje conmigo❤️️

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8 AÑOS ANTES

Antes pensaba que el tiempo estaba pasando muy rápido. Pero desde que Nate había invitado a Joanna al baile, todo pareció ir mucho más lento, torturándome de mil maneras distintas.

Aunque faltaban pocos días para el baile, se hacían eternos. Empezando porque cada mañana que entraba al salón de clases, me encontraba a Nate sentado junto a Joanna, haciéndola reír desde temprano y olvidándose de mi existencia.

Las primeras veces Joy solía decirme que no me deprimiera, que todo estaría bien, que él recapacitaría, y ese montón de cosas que las amigas se ven obligadas a decir para consolarse entre ellas. No obstante, ambas sabíamos que no era cuestión de tiempo y que él se veía radiante y feliz cada vez que hablaba con ella.

Así sería la miseria que yo transmitía que a Joy no le importó que yo fuera al baile con Wesley.

—No es como si fueras a hacer algo con Wes, ¿cierto? —me preguntó la vez en la que le dije que Nate me había cambiado por Joanna—. Y bueno, tampoco me importa —añadió, echándose su pelo hacia atrás y levantando el mentón con orgullo—. Hasta deberías intentar algo con Wesley. Un clavo saca al otro.

—No te haría eso, Joy.

—Ya te dije que él no me importa, Vienna —tajó, orgullosa. Luego se encogió de hombros—. De hecho, te vendría bien tener algo con él el día del baile, ¿sabes? Falta poco que vayas a California, y bueno, Wesley tiene talento para desvirgar.

Enarqué ambas cejas. No sabía qué me parecía más insólito, si que me recomendara que tuviera sexo con la persona que a ella le gustaba solo porque iba a ir a la universidad o que afirmara que uno de mis amigos más cercanos tenía talento para quitar virginidades.

—Gracias por tus consejos siempre tan sabios —dije, con un tonito de sarcasmo bastante disimulado—. Pero no creo que la solución esté en irme a la cama con Wes. Somos muy buenos amigos.

—Como quieras.

Trató de ocultar su alivio y nos dirigimos juntas a la biblioteca para terminar unos ejercicios de Matemática en la hora libre. Al revisar la fecha en mi celular, recordé que hacía algunas semanas Nate y yo habíamos quedado en ir justo ese día al cine para el preestreno de una de las películas que más habíamos esperado ese año. Bueno, a hacer una línea a ver si podríamos comprar nuestras entradas. Me pregunté si él todavía lo tenía en mente. Seguramente no, de lo contrario me lo habría mencionado cuando me saludó en la primera hora.

Vendiendo mentiras © [Vendedores #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora