Capitulo 27: ¿Qué tal si nos vamos lejos?

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Desperté apenas sonó el despertador. Lo programé a las 6 am, para llegar a tiempo a casa antes que todos despierten. Al ir al living, no encontré a Alex en el sillón, al igual que la noche anterior. Fui hasta la cocina y allí estaba.

- ¿Qué haces despierto tan temprano?- pregunté, me miró incrédulo como si hubiera olvidado que yo estaba ahí.

- ¿Realmente tú estabas aquí?- preguntó con el ceño fruncido

- Sí, Alex. dormí en tu cama ¿Qué no lo recuerdas?

- Creí que había sido una alucinación y no quise ir a mi habitación por temor a que no estuvieras.

- Vine anoche con Ian y hablamos.

- Y dijiste que no te irías.- Después de todo lo que hablamos solo recordaba eso.

- No, no me iré Alex.

- Perdóname, Cherry. Por todo, lo lamento mucho- no lo podía creer, volvía a ser "Cherry". Volví a ser "cereza". Sus ojos se mostraban esperanzados y con un brillo particular, tenía la certeza en que yo lo perdonaría.

- Aquí estoy y no planeo irme. Si prometes no dejarme, ni echarme de tu departamento y sobre todo si prometes no volver a drogarte.

- Lo prometo ¿Me perdonaras?- dijo con desesperación

- Si, Alex. Te perdono.- dije con una sonrisa, él sonrió también y acercándose a mí. Me agarró de la cintura pero antes que me bese lo detuve y lo miré.

- ¿Qué tienes?- preguntó extrañado, pero no contesté solo seguí mirándolo

- Tus ojos, tienen algo.- respondí

- ¿Algo como qué?

- Un brillo que no lo vi en nadie, solo en ti. Tus ojos muestran la obligación de esconder algo y al mismo tiempo esa necesidad de contarlo.- sus ojos eran el lugar que había elegido para perderme y donde dejaría ir mi vida con tan solo mirarlos, con tal de poder develar el misterio dentro de ellos.

- Que gran filosofía a está hora de la mañana, Cherry.

- No es filosofía, solo soy observadora.- dije con una sonrisa picara

- No lo dudo, pequeña mirona- diciendo eso pegó sus labios contra los míos- extrañaba tus labios- susurro con su frente pegada a la mía.

- Yo te extrañaba a ti.

- Así que, ya volvieron a ser unos tortolos asquerosamente románticos.- comentó Ian entrando a la cocina.

- Hazme el favor y cállate, Ian- el corredor lo fulmino con la mirada y yo solo reí.

- Tiara, son las 6:30; creo que ya es hora que te lleve a tu casa.- sugirió el castaño.

- Sí, creo que sí.- dije y volví a besar a Alex- Nos vemos.

- ¿No volverás después de clases?

- No, no puedo. Tengo algunas entregas y mañana tengo una exposición oral. Vendré mañana en la noche.- era casi octubre y las profesoras estaban evaluando las notas finales y quería terminar bien la escuela.

- Está bien, termina bien la escuela. Es lo que tienes que hacer.- ordenó- Mañana hablaremos sobre tu ingreso a la facultad, tienes que anotarte.

PROMETOOù les histoires vivent. Découvrez maintenant