Capitulo 30: Se fuerte... Continua

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- Tiara Blendi- dijo la directora Cecilia Gonzales desde el escenario del salón de actos del instituto. Con una gran sonrisa subí allí a recibir mi medalla y diploma, había pasado un mes de la última vez que vi a Alex. Mi papá ya estaba recuperado del todo, el equipo enfocado en la carrera de verano y yo. Bueno. Yo, trataba de ser la de antes. Esa chica sonriente que en algún momento fui. Todavía no me decía en que estudiar, pero tenia todo el verano para pensar en eso o al menos hasta febrero, ya descubriría mi vocación.

Después de pasar lista en orden alfabético, quedamos con mis compañeros arriba del escenario a la vista de todos.- Señoras y señores, démosle un fuerte aplauso a la promoción 2013.- dijo la docente y todos lanzamos nuestros gorros de graduación que muy poco combinaban con nuestro uniforme color azul.

- ¡Nos graduamos, Tiara!- exclamó Avril con gran orgullo y satisfacción.

- ¡Si!- respondí abrazándola, mientras festejábamos con nuestros compañeros

- ¡Hermosas hemos cerrado un siglo!- grito Katy acercándose a nosotras, nos volvimos a abrazar y bajamos del escenario.

- Estoy tan orgullosa de ti, hija.- dijo mi madre con melancolía apretándome en su pecho.

- Bien hecho, cariño.- dijo mi padre besando mi cabeza junto con un abrazo.

- Felicidades princesa.- abrace con fuerza a mis abuelos y cada uno me dio un beso.

- ¡Tiara, vamos a tomarnos una foto!- grito Katy y me uní a ella y Avril, me puse en el medio de ambas y las abrece, dando mi mayor sonrisa, siendo sincera fue la primera vez en mucho tiempo que me sentía feliz y satisfecha, esa felicidad y alegría que creí que había perdido estaba ahí, tenia que sacarla y no porque debía sino por nacía de mí por si sola.

¿Qué más podía pedir? Había terminado una etapa de mi vida y con ella todo lo que consigo traía, después de pensarlo bien, Alex fue ese amor loco de la adolescencia ¿no? y se iría de mí conforme vaya avanzando el tiempo y estaba segura que lo olvidaría en el verano y al comenzar la universidad, conocería a alguien más quien sane las heridas que el moreno dejó en mí y cuando alguien me preguntará: "¿Amaste a alguien alguna vez?" Respondería: "Si. Una vez amé a alguien llamado Alex Oswin, pero tenia que protegerme de si mismo asique decidió dejarme y le agradezco por eso". Era como una lista mental de cosas que debía hacer por obligación, era una tarea la que yo misma me había implado para no tener que sufrir, aunque él seguía latente en mi corazón y solo necesitaba algo que lo saque del fondo de mí y lo traiga devuelta para que mi mundo volviera a caer, pero no permitiría que eso pasara.

- Brindo por ti, Tiara y por lo nuevo que viene a tu vida.- dijo mi abuelo en la cena levantando su copa de vino y todos imitaron el gesto, incluso Joaquín con su vaso de jugo.

- Te quiero Tiara, brindo por ti también.- me dijo el chiquitín.

- Gracias. Y también te quiero enano.- respondí con un guiño.

- ¿Qué planeas hacer?- preguntó mi abuela mientras comíamos.

- No lo sé, espero descubrir mi vocación este verano, las inscripciones en la universidad cierran en febrero.

- Podrías estudiar algo referido al negocio familiar, puedo darte trabajo en mi empresa y siempre tendrás lugar en el equipo de tus padres también- sugirió mi abuelo "No. autos, no", todo menos los autos, ya estaba cansada de los fierros quería que mi vida tomara un rombo distinto y no seguir la tradición familiar, quería un desafío mayor y lo iba a encontrar.

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