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Capitulo 3.

Lucia;

El somnífero que este tipo me dio hizo efecto desde que subimos al avión. No necesariamente era un avión de primera clase, no sé qué era. Nunca había escuchado sobre esta aerolínea.
Me había convencido de que en todo el viaje no emitiera palabra alguna con unos cuantos gritos y amenazas.
No le tenía miedo. Le discutía todo lo que quería y podía, pero debo admitir que una pequeña parte de mi, sentía algo de temor.

Luego de unas horas de viaje, llegamos a una ciudad a la que nunca había venido. Él tomó mi brazo fuertemente, era la primera vez que me tocaba. Sólo cedí, no tenía ganas de aguantarlo. Estaba cansada. Él metió las llaves del departamento en la cerradura y procedió a abrirlo. Me hizo pasar a mi primera.

— ¿Te gusta? — Me preguntó, refiriéndose al lugar.

— No. — Le respondí seca y en un hilo de voz. De inmediato me adentré al pequeño cuarto que el pibe había conseguido para los dos.

— ¿Qué te pensaste que iba a comprar un semipiso para tenerte a vos? — Soltó una risita irónica. Juro que lo odio. No lo soporto. Aunque, hay algo que debo admitir y que no puedo sacarme de la cabeza. Su apariencia no es la de una persona así, como es él. Es lindo, alto, tes blanca. Tiene un piercing en la ceja y.. unos hermosos ojos azules. Lástima que es tan sorete.
Me miró al entrar, y delicadamente miró mis caderas, como pidiendo permiso, vi que relamio sus labios cuando su vista bajó hacia mi culo. Me incomodé un poco, pero no iba a demostrárselo. Se giró y cerró la puerta, al parecer tenía mucho miedo de que me escapara, porque la aseguró demasiado. Dos candados. Luego tres, después se hicieron cuatro. Hasta una barra de seguridad, y por último. Una amenaza. — Me parece que no hace falta repetirte lo que te puede pasar si te escapas, ¿no?.

No respondí. No me interesaba entablar una conversación con esta persona. Mi cuerpo comenzaba a debilitarse, y más que nunca necesitaba una cama para dormir. No pude descifrar si era el somnífero o qué, pero sentía una pesadez y angustia que nunca había sentido. Quería alejarme de él y llorar en silencio, sin que él pudiera verme.

— Necesito dormir.. — Susurré tímida. Él me miró de reojo, claramente le chupaba un huevo lo que yo necesite. Él solamente quería exprimir mis cuentas bancarias que mi viejo me había dejado en herencia, y nada más.

— No hay lugar. — Habló. Por primera vez hicimos contacto visual. — Esto no es un hotel, nena.

— No necesito una cama, quiero dormir. — Mi voz se debilitó. De un momento a otro, comencé a sentirme peor que nunca. Descompuesta. Lo único que me faltaba en este momento, enfermarme.

Él me escuchó y luego se adentró a la única habitación que tenía este sucucho. Entrecerró la puerta para que yo no pudiera ver qué estaba haciendo. Sacó un par de mantas y luego las tendió en el piso.

— Dormí acá. — Señaló. Frío, como siempre. Lo escuché y caminé hacia donde él estaba.

— Gracias.. — Dije sorprendida, pensé que me iba hacer dormir en el piso directamente. Él levantó la vista y nuevamente me miró fijo. Qué lindo es. Mirar sus ojos era como un viaje de ida.
Él sólo asintió en modo de respuesta.

— Lucía.. — Susurró él. Me dio un pequeño escalofríos al escuchar mi nombre entre sus labios. — No hagas quilombo, ¿sí? No quiero hacerte nada. — Habló y luego se giró para salir de la habitación y cerrar la puerta. A todo esto, ¿cómo mierda se llama?. Miré a mi al rededor y observé lo que había preparado para mi. ¿Podría ser peor, no?, tenía ganas de llamarlo y preguntarle cuál era su nombre. Pero supongo que no era tan necesario en este momento. Reí al darme cuenta de mis propios pensamientos. ¿Qué pensarán mis amigas si leyeran mi mente? Volví a reír. Observé mi vestimenta. No me la cambiaba desde ayer, odiaba esto.

Me giré para ver la puerta. Completamente cerrada. Así que procedí a cambiarme ahí dentro. Me saqué lo que traía y dejé al descubierto mi ropa interior de encaje. Caminé hacia el baño chiquito que había dentro de la habitación y como pude, intenté lavar la ropa. Saqué mis zapatos, deseosa por descansar de una vez y por último, cuando había terminado con la ropa procedí a dejarla secando. Terminé y caminé hacia mi "cama", acostándome sobre las frazadas que estaban en el piso.

Valentín;

Qué buena estaba. Buenísima. Desde las piernas, que pararía en algún lugar prohibido que mi lengua moría por probar. ¿Es una mala idea abrir la puerta y hacerle mil cosas? Sí, es mala idea. De todas maneras, aunque mis pensamientos decían que no, después de un rato me dirigí hacia la habitación en la que estaba Lucía y entré. Estaba dormida, tal como lo pensé. Pero no esperaba encontrarla durmiendo de esta manera. En ropa interior. Una lencería negra, de encaje. Bastante cara seguramente ya que la piba era alta chetita. Relamí mis labios mientras observaba sus pechos, redondos y jugosos. Me entraron altas ganas de apretarlos, lamerlos y jugar con ellos ahora mismo. Hasta hacerla gritar tan fuerte como podía.

Moría de ganas de cojerla, lo más fuerte que pudiera. Meter mi miembro entre medio de esas hermosas piernas. Hacerla gozar hasta escucharla que me pida más y más. 《Cerra la puerta, pajero.》— Me dije a mi mismo dándome cuenta de la enorme erección que tenía con solo mirarla dormida entre esas frazadas y en ropa interior, y como amaría sacarsela con los dientes ahora.

Abrí y cerré los ojos rápidamente. Necesitaba irme de este lugar y hacer a un lado mis pensamientos, pero me calentaba tanto.

Cerré la puerta sigilosamente y salí. ¿Hacía tanto que no la ponía? Porque con tan solo mirarla no podía calentarme así.

💥💥💥

Bueee alto pajero el Valen. Yo le doy.igual ahre. No me está gustando para nada esta novela, me parece que en breve la mando al borrador 🙄
Comenten y díganme si les gusta 🙏 y si les gustaría😭
, también haganmelo saber, gracias 💞

Secuestrada.- WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora