Capítulo veinticinco.
Último capítulo.
Lucía;
Agarré el celular poniéndome instintivamente atrás de Mauro.
- Subí al auto. - Me indicó él. Yo obedecí. Una vez dentro por fin pude hablar con él que estaba esperándome en el teléfono.
- ¿Lucía? - Me estremecí por completo al escuchar su voz decir mi nombre. Las ganas de llorar que tenía volvieron, pero no lo hice. - ¿Me escuchas?
- ¿Dónde estás? - Pregunté con un hilo de voz.
- Perdoname... - Susurró suave, se me hizo imposible detener las lágrimas que habían empezado a brotar.
- ¿Por qué? - Mi voz estaba rota. Sentía que mi corazón se rompía cada vez que él hablaba.
- Por esto.. - Respiré hondo. Era mi última oportunidad con ella. La última. Esta vez no había otro día, ni otro momento, era ahora o la iba a perder para siempre. - Por hacerte pasar por todo esto.
- Ya está, ya no importa. - Era así, no importaba nada más.
- Sí importa. Me importa a mí.
- No me mientas, loco. Ya sé todo Valentín. Absolutamente todo. - Los sollozos comenzaron a escucharse a través del teléfono, no aguantaba más.
- No, decime que todavía confías en mi. - Murmuró él. La escuché llorar y juro que nunca me había sentido tan mierda en ese momento. Un par de lágrimas cayeron por mi rostro. Deseaba estar con ella ahí, en ese momento. Abrazarla y amarla. Amarla tanto como podía. - Yo... yo no te quiero decepcionar a vos también.
No respondí, me quedé callada. Las lágrimas aún no paraban, seguían cayendo.
- Lucía... - Volvió a hablar él. - La cagué, ya sé, ya sé todo. Ya sé que soy un pelotudo que nunca hace nada bien, y que cometí millones de errores en mi vida, pero no me quiero equivocar otra vez. - Me quedé en silencio unos segundos. Ella estaba escuchando, podía escuchar su respiración entrecortada, probablemente seguía llorando. - No te quiero perder, mi amor...
Abrí un poco más mis ojos y apreté el celular. ¿Acaso dijo mi amor?
- Te amo Lu.. te amo como nunca voy a amar a nadie. - Sonreí y él soltó un suspiro. - Si no me crees preguntale a Mauro, nunca hice esto por nadie, nunca me importaba nadie más que no sea yo...
- Quiero que me lo digas en persona. - Dije firme. Necesitaba escucharlo. Necesitaba verlo.
- Vení conmigo entonces.
- ¿Dónde estás? - Mi corazón se aceleró más de lo normal, no podía creer todo lo que estaba pasando.
- En el aeropuerto, tengo dos pasajes. - Volví a sonreír, al toque Mauro subió de nuevo al auto después de una linda conversación con el policía. - ¿Querés venir conmigo?
💥💥💥
Re cortito ya sé 😭 ya falta el epílogo y esta historia llega a su final...
