{19}

4.2K 267 27
                                    

Capítulo diecinueve.

Lucía;

Me metí a duchar. Tenía la menteb ligeramente pesada. Muchas cosas sin explicación se habían aparecido de pronto. Cosas que... jamás hubiese pensado. O sobre todo... sentir. ¿Qué mierda me pasa últimamente? No lo entendía. Hace unos días lo único que pensaba era en irme y no volver a verlo nunca más, y ahora... no Lucía. Me dije a mi misma. ¿De verdad pensas que Valentín va a querer tenerte un tiempo más con él? Negué con la cabeza mientras me metía a la ducha.

- Nos van a cortar el agua. - Me sobre salté y giré para ver a Valentín que acababa de abrir las cortinas del baño. Quise golpearlo. Pero en vez de eso, ruborizada, me cubrí el cuerpo. - Espero que no te moleste que...

- ¡No! - Dije y él soltó una risita, relamí mis labios. Qué hermosa e inocente era. ¿De qué se avergonzaba? Si ya habíamos cojido.

- Me baño rápido, te lo prometo. - Me susurró mientras comenzaba a quitarse la ropa, haciéndome retorcer por dentro. Volví a cerrar las cortinas, para no verlo desnudarse delante mío. Aunque, la verdad, me hubiera gustado sacarle la ropa yo misma.

Reía por dentro. No había oportunidad que no aprovechara para verla de esa forma. Para hacerla enojar de alguna manera. Me incliné hacia atrás para fijarme lo que hacía detrás de las cortinas, aún tenía el rostro ruborizado, luego bajé mi mirada. Cubría sus tetas con un brazo, y pensar que habían estado en mi boca la otra noche. Ay, Lucía. Pensé. Más abajo cubría su feminidad con la otra mano. Cuánto desee sacarle la mano de ahí. Tocarla con mis manos y ver como se estremecía de placer.

Abrí las cortinas.

- Bueno, te propongo un trato. - Me sugirió él. Ya desnudo. Mis ojos lo intentaron esquivar por completo. Moría de ganas de bajar la mirada. Sólo observé sus músculos algo trabajados, ahora podía verlos mejor que la otra noche. Y cuánto disfrutaba el hecho de saber que me había estado abrazando por todo el tiempo que yo quise. Se metió a la ducha conmigo.

- ¿Un trato? - Pregunté dudosa. Él soltó una carcajada irónica.

- Sí, un trato. - Me dijo. - Nadie va a tocarse. - Me explicó. - Hace de cuenta como que te estás bañando sola. - La idea me calentó en el acto. Traté de no percatarme en el momento. Siguió hablando, al parecer no me había dado cuenta. - Sin mi.

- Pero estás acá.

- Pero hace de cuenta como que no estoy.

- No puedo bañarme sabiendo que estás mirándome todo el tiempo..

- Prometo no hacer nada. - Me dijo y lo miré a los ojos. 《Mientras vos no quieras.》pensé yo. Aunque se me hacía la cosa más difícil del mundo tenerla enfrente mío desnuda y no tocarle un pelo. Me moría por rozar mi piel contra la suya, abrazarla, meter mi pija en su delicioso sexo. Ella no se resistiría esta vez, y lo sabía. Pero esta vez quería que ella diera el primer paso.

- Mhm, bueno... - Susurré dudosa, aún no muy convencida. Se dio vuelta. Su culo descubierto sólo hizo que me calentara aún más. Deseaba tanto cojerla. Miré mi erección que cada vez crecía aún más. 《Dale Lucía, yo sé que querés. Demostramelo. 》pensé para mi mismo.

Posta que intenté varias veces imaginar que estaba sola en la ducha, que no había nadie más, que sólo éramos mis pensamientos y yo, pero simplemente no podía. Respiré hondo. En el fondo, tenía unas ganas inmensas de darme vuelta e invitarlo a ducharse conmigo. Abrí la canilla...

- ¡Mierda! - Grité retrocediendo varios pasos, chocandome contra Valentín al sentir el agua helada saliendo de la ducha. Retrocedí por instinto, cayendo, sí... como él quería, entre sus brazos.

- Bueno... no me dejaste cumplir el trato. - Susurró él contra mi oído, acariciando mi cadera levemente humedecida, sintiendo poco a poco como su miembro contra mi culo iba creciendo.

- El agua... está fría. - Murmuré nerviosa casi a punto de convertirme en esa Lucía que le entregaría todo. Y lo hice. Voltee y no me quedaba otra opción que mirarlo.

- Estamos en Tierra del Fuego. - Me sonrió, con una de esas matadoras sonrisas, sus ojos más azules que nunca. Subí mis brazos hacia sus hombros, y parecía gustarle lo que hacía ya que no se quejó. Ambos sentíamos las gotas frías salpicar contra nuestro cuerpo. Me apretó fuerte contra él, luego se inclinó para besar mi cuello, subiendo poco a poco hacia mi mentón. Amaba sentirme de esta forma. Que con ella nada importaba, mucho menos nuestras diferencias, lo poco que nos conocíamos, o cuántas veces ella me había dicho "te odio". Tomo mis mejillas, invitandome a probar sus labios, y eso fue exactamente lo que hice.


💥💥💥

Holissss
Le queda poquito a esta novela <|3
Si quieren que siga voten muuucho y comenten. Si llega a 50 ⭐ subo el cap 20, gracias x leer 🎀💖

Secuestrada.- WosNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ