Fase #1 || Evelin

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El llanto de una estrella

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El llanto de una estrella

Sol escondiéndose, mostrando tonalidades fuertes. Quisiera que él fuera lo que en verdad es, pues la realidad es que estaba tan asustado como todos a mi alrededor.

No cumplió su objetivo, dejará en manos de la obscuridad una vez más a la ciudad. Nadie encontrará el camino a su hogar, la Luna llegó y con ella algunos rayos de luz que no lograron alumbrar con totalidad.

Puede brillar lo que quiera, no volveré hasta ella. Incluso si lee mis pensamientos a través de mis ojos llorosos tal cual estrella.

Me atormentará, junto a las nubes escondidas. Aquellas que a causa del miedo a raíz de la frívola circunferencia encima; dejaron caer a cántaros el agua que habitaba en el algodón que las forma.

«Sería tan dulce si las cosas vuelven a ser como antes» susurró dentro mío, ella de nuevo lo hizo.

Corrí a la dirección contraria, aunque bien sabía que siempre seguiría mis pasos.

—¿Cuántas veces debo decirlo? ¡No volveré a ti! —grité con el poco aliento que seguía en mí, llamando la atención de varios felinos en medio del callejón vacío. Huyeron, seguramente notando cuánto desastre ocurría.

Por más que mis piernas daban pasos largos llegaban al mismo lugar; el mar.

Sus olas saliéndose de control, llegando a ser tan altas como un edificio en New York. Tal vez exageré un poco, pero mi corazón no dejaba de latir como un loco.

«¿Cuándo harás un cambio a bien? ¿Qué tan egoísta puedes llegar a ser?» Las personas no dejaban de correr de un lado para otro. Gritaban pidiendo ayuda, ¿pero a quién? Nadie lo sabía, era un secreto entre la chica y la mujer de allá arriba.

—Podría, pero...

«No lo pondría así» dijo calmando sus olas por un segundo, para luego regresar con más fuerza.

—¡Está bien! ¡qué quieres! —Avancé hacia lo único que me conecta a ella; el frenético danzar del agua, quien expandía la orilla hasta casi tocar la punta de mis pies.

«Ven conmigo, así la ciudad será feliz.»

—¿Qué quieres decir? —En forma de susurro y junto a lágrimas saladas salieron aquellas palabras —¿Por qué tanta obsesión en mí?

Ahora la música parecía detenerse de manera lenta, pues el baile de las olas disminuyó hasta quedar totalmente tranquilas.

«Acércate y lo entenderás.»

¿Debía confiar? Si tan solo ella no pudiera escuchar mis pensamientos idearía un plan. Vaya mierda, ¿por qué me situaba en tal lugar?

No tenía otro camino el cual tomar, debía hacerlo y darle una segunda oportunidad.

Sexy LoveWhere stories live. Discover now