Sexy Love

Fase #2 || Sabrina

Réprobo de tu amor

Sabrina Camacho

Lo siento, mi amor. Sé que te prometí lo contrario a lo que estoy haciendo ahora, pero la verdad, nos es imposible crear nuevas experiencias juntos.

Porque no hace más de diez años que te ayudaba con los ejercicios de matemáticas, porque no hace más de cinco que nos intercambiábamos birretes, dedicándonos más de una palabra de amor; porque no hace más de dos que te acompañaba a ver algunos departamentos que cumplieran tu sueño inefable en el que pensé que estaba incluido; porque no hace más de una hora que te amaba y lo sigo haciendo, sin saber que estar contigo sería lo mejor que me había pasado.

A pesar de todo, creo que tú no te diste cuenta. Te quiero tanto que pensaría que, a pesar de tu ausencia, sería capaz de sentirte aquí, pero al parecer tú no tienes la motivación suficiente para acompañarme.

Éramos jóvenes, nuestra esencia e inocencia de hace quince años nunca nos habló del poder del tiempo, mi limerencia me dejó ciego ante la mirada de tus ojos y tú me correspondiste con un beso; sin que supiéramos que todo se esfumaría, deseando que cada momento fuera el frenesí de nuestra relación.

Y fuimos creciendo, años de besarnos, pero sobre todo de mirarnos sin necesidad de explicar nuestras miradas inefables. Fuimos creciendo, compartiendo nuestros mejores momentos, para que cuando regresáramos la vista a aquellas memorias fuéramos capaces de sentir una ataraxia increíble, de saber que la serenidad es utópica en la ausencia del otro.

Ahora intento sobrevivir, como lo hicimos durante nuestro romance, intentando olvidar las discusiones, tratando de recordar con bonhomía la primera vez que compartimos suspiros o el último abrazo que se sintió como el primero. Junto a ti yo era capaz de sobrevivir, a pesar de que toda mi alma la dedicaba a ti, a pesar de que me dejabas sin suspiros, a pesar de que mis ojos eran ciegos a mi alrededor excepto a ti, a pesar de que vivía de ti.

Crecer contigo es lo mejor que me ha pasado, pero también ha sido lo peor que me ha pasado. Mi dependencia hacia tu risa, hacia tus ojos y hacia tu presencia no me permiten sobrevivir. Lo intenté por años, pero lo siento, no creo lograr sobrevivir.

Te extraño tanto, que el café de cada mañana es más amargo que mi corazón, pues por más azúcar que yo pueda agregarle, este sigue conservando su sabor. Porque si intento olvidar el presente y refugiarme en mi pasado solo es más imposible, pues no hay fotos, no hay recuerdos, no hay memorias; donde no me recuerden a ti, eso solo me ha hecho decir que ya no quiero vivir más del pasado.

Me quitaste mi pasado, me prohibiste mi presente y no estoy seguro de sobrevivir ante el futuro. Además, me dejaste una promesa que cumplir, la mejor excusa para olvidarse de vivir. Porque si llegamos a la orilla del vacío, si tu saltas, yo te sigo.