¡Primer concurso literario de la editorial!
¿Estás listo para demostrar qué tan bueno eres escribiendo? ¿Te siente los suficientemente seguro de poder ganar en la batalla?
*Primer concurso literario inspirado en el formato del reality show "La Voz"*
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"Belleza Amorfa".
En una danza de hipocresía, el dios aparentemente más imperfecto de todos, se escondía tras un estático rostro de porcelana; todos trataban de desempeñar un papel de inexistente perfección, buscando tener al menos un espectador, esperando un desarrollo dramático en algún lugar. Liberando débiles cumplidos, trataba de mantener mi sonrisa ante los halagos tontos y vacíos; aquel solitario dios no dejaba de intrigarme, la soledad en sus ojos llenos de estrellas me mostraban una belleza que simplemente nunca había conocido, era bello como nadie podía serlo.
Cuando aquel dios fue rechazado, inevitablemente se rompió; al percatarme de lo horrible en mi indiferencia, me vi convertido en un monstruo y la situación fue dolorosa. "Seguro no podrás hacerlo", "es imposible para alguien como tú", él sólo se protegía desesperadamente, esperando por una mano que le ayudara, así que finalmente fui el primero en admirar su oscuridad. Me enamoré del misticismo detrás de las máscaras frías, de la profundidad sin fin aparente en aquel amorfo rostro; los dientes arrancados que el aborrecía, yo terminé adorando, me sentía pleno cuando él lloraba en hombre y finalizaba con una incierta sonrisa, tal vez si hubiera guardado todo para sí mismo, no le hubiera tenido entre mis brazos.
Vi como probaba el sabor de la alegría en su máximo esplendor, aquel mundo que parecía tan ideal e inexistente, había sido creado por sus propias manos; en el momento que en que ambos comprendimos la nula importancia en los murmullos ajenos, me di cuenta que el me hacía feliz y por primera vez me sentí realmente vivo. En el auge de su felicidad, fui capaz de ver a sus ojos disparando estrellas, formo una constelación con lágrimas y sonrisas, brillaba como sólo su mirada era capaz; ni siquiera el rostro del joven que alguna vez cautivo a Afrodita, era capaz de opacar el brillo de la constelación que orgullosamente llevó mi nombre.
Aquellos sentimientos mutuos, que torpemente fueron escondidos fueron efímeros, ni siquiera fueron capaces de terminar su tintineante y débil florecer debido a dioses celosos, ¿cómo eso podría haber hecho algo tan bello?, no sé lo creían y decidieron apagar el brillo que había comenzado a nacer. En una hermosa vida podríamos haber sido un conmovedor relato de la antigua Grecia, dos dioses que se amaron a pesar de todo y decidieron quemar las máscaras de maquiavelismo, pero no.
Nuestra única opción era servir a deidades ajenas a nuestro linaje, "puedes intentarlo si crees que funcionará", recuerdo haber dicho aquello con esperanza, pero al final... sólo nos convertimos en un mito trágico de dos dioses "egoístas", que más tarde simplemente fue olvidado. Vi su rostro mientras éramos tratados como la nada misma, me llenaba de rabia ver como seguía intentando vivir, trataba de alcanzar su mano pero algo evitaba que el alentado roce sucediera.
—En una vida hermosa, yo estaré a tu lado —murmuré mientras mis lágrimas tomaban suavemente las manos de la sangre, para finalmente mezclarse en un acto de amor necio, y sólo respiré profundo prometiendo que nos veríamos de nuevo.
