Hado
Mis pulmones arden, las plantas de los pies me duelen y siento que mis piernas están a punto de ceder; pero no me detengo, sigo corriendo. Aprieto su mano cuando siento que me falta el aliento y le señalo un muro en el que podemos tomar un respiro antes de seguir.
Me dejo caer, apoyando la espalda contra el ladrillo, y empiezo a respirar profundo porque ya no soporto la presión en el pecho. Él se inclina delante de mí y toma mi rostro en sus manos, sus ojos se inundan con preocupación al notar lo mucho que me cuesta estabilizar la respiración.
- No podemos detenernos, no esta noche – él toma mi mano y me obliga a levantarme aunque no me apresura, cuando ve que ya me he recuperado un poco, vuelve a correr y yo lo sigo.
Nuestros pasos resuenan por la calle solitaria, nos mantenemos alerta por si alguien logra vernos en la oscuridad de la ciudad. No sé cuánto tiempo ha pasado, sólo sé que he sacado fuerzas de donde no las tengo y sigo avanzando; diviso una bodega abandonada en una esquina, cerca del río, la señalo y nos dirigimos hacia ella con nuestras manos unidas.
Nos refugiamos en el interior y esperamos unos minutos, vemos pasar a algunos uniformados corriendo y nos alejamos de las ventanas.
- Te prometo que todo esto va a acabar, te voy a hacer feliz, lo prometo – susurra mirando al suelo. Me acerco a él y tomo su mano.
- Sabíamos que esto estaba mal, que no debía suceder pero sucedió; ni tú ni yo podemos hacer nada para cambiarlo y, la verdad, es que tampoco queremos –
- No podemos vivir así, no se puede vivir con miedo. No quiero que vivas cada día pensando que van a encontrarnos –
- No me importa vivir así siempre que en la noche pueda dormir a tu lado –
- No sabes lo que dices, el mundo se nos va a caer encima y...-
- Y resistiremos – lo interrumpo.
Nuestras miradas chocan y el amor que veo en sus pupilas me devuelve la fuerza que he perdido. Nos acercamos y rozamos suavemente nuestros labios, sellando la promesa de mantenernos lado a lado.
Un estruendo nos separa y hace que nos inclinemos un poco, preparados por si debemos huir de nuevo, pelear o escondernos.
- Ya casi amanece, tenemos que irnos – susurra, atento de todo a nuestro alrededor. Asiento y tomo una bocanada de aire para comenzar a correr de nuevo.
- ¡Ahí! – Grita alguien - ¡Están detrás de la columna! – los pasos, cubiertos en botas punta de acero, se acercan con velocidad hacia nosotros.
- Debemos correr – digo y avanzo un poco hacia la salida.
- Resistiremos – me dice, como buscando fortaleza en la palabra.
– Te amo – digo.
Lo veo dudar unos segundos, me preocupa que nos hayan visto, así que me giro buscando a los guardias. Cuando vuelvo a mirarlo, la respiración me falla.
ВИ ЧИТАЄТЕ
Sexy Love
Різне¡Primer concurso literario de la editorial! ¿Estás listo para demostrar qué tan bueno eres escribiendo? ¿Te siente los suficientemente seguro de poder ganar en la batalla? *Primer concurso literario inspirado en el formato del reality show "La Voz"*