Capítulo 3: Detalles latinos

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- ¿Y cómo sigue Arico? ¡Nos dejaste con la intriga parna! - Pidió su mejor amigo, Venebia.

- Si, me quedé todo el fin de semana pensando en qué pasó después! - Habló Boguay, otro de sus amigos del lugar.

- Ya ya, que pesaditos! - Dijo riendo y dejando de lado su dibujo.

- ¡Hazte cargo! Tú empezaste con la vaina del cuentico y ya nos abandonas! - Venebia lo empujó levemente.

- Faltaría un tereré... Papá me deja tomar tereré... Pero estos señores no... ¡ES AGUA FRÍA! ¡NO ME VOY A LASTIMAR! - Después de gritar cruzó sus brazos, el pobre debía aguantar 5 horas sin aquella bebida paraguaya.

- Ains... Tú con tu tereré... No sabes lo que me pierdo yo, un rico cafecito colombiano con las arepitas que me hace mi papá - Venebia comenzaba a soñar despierto, causando las risas de sus amigos. - ¡Ay ya! ¡Continúa el cuento Arico Mateo! - Quejó, para que finalmente Arico empezara a narrar entre risas.

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- ¿Qué hacen acá? - Preguntó Buenos Aires a los países, que estaban en la sala como si fueran unos niños pequeños dibujando.

- Calla marico, planes de amor - Respondió Venezuela aún concentrado con su "plano" del lugar.

- ¡Ayudamos a Argie con su flaco! - Dijo Perú, volteando a ver a la provincia. Obviamente estaba confundido y sorprendido, al fin terminaría la cosa?

- ¡Al fin! Pero decile sin plan "Dale, querés ser mi wacho?" y punto final, nos tomamos alto fernet y hacemos la re fiesta - Y tenía algo de razón, pero los amigos del país no lo aceptaron, debía ser algo en lo que se sienta cómodo el mexicano.

- Ya, me gustaría pero sabés que esto no pasa siempre vi'te? - Al fin Argentina lo miró, recibiendo un asentamiento de cabeza de su provincia. - Dejá todo en nuestras manos, tota' que el que va a salir mal soy yo - Le dijo, volviendo su concentración al "autoretrato" de él con un traje especial de México.

- Como quieran, pero yo se los dije eh - Y siguió su camino hacia su cuarto, iba a ver algunos Youtubers como el famoso "Yiguer".

Los amigos siguieron charlando, haciendo miles de planes y descartando cientos, hasta que la situación perfecta salió a la luz.

- Creo que México estuvo diciéndonos que iba a hacer un festival aparte por el día de muertos - Habló Perú, recordando la emoción de su amigo. - Habría un concierto con un concurso, la mejor versión de "La llorona" ganaría - Miró a sus amigos, esperando una aprobación a la oportunidad de oro.

- ¡Que gran idea! - Afirmó el venezolano, sonriendo a más no poder. - Debemos empezar ya, una buena letra y un acompañamiento musical estupendo y bien albiceleste - Guiñó a su amigo.

- Wait wait, esperen un toque - Alzó los brazos, para calmar la emoción de sus mejores amigos. - ¿Saben hace cuanto no escribo? Hace poco más de 160 años, entienden? - Suspiró pesado, realmente no tenía oportunidades de ganar.

- Los 265 años te fueron mal, eh? - Bromeó Venezuela, recibiendo un golpe del mayor. - Ay ya marico, sólo lo chalequeo - Rió.

- Vamos, te vamos a ayudar, no debes pensar en tu gente y sus nuevos gustos, eres el mismísimo país Argie! Puedes revivir los viejos tiempos - Animó el peruano, dedicandole una sincera sonrisa al más alto.

- Muy bien, pero... ¿Cómo me voy a vestir? No voy a ir como villero, menos en frente de cientos de mexicanos, andá a saber si piensan que les voy a afanar - Y otro tema de estrés salió, pero allí iba su salvador venezolano.

- Escuche una cosita Arge - Se acercó y lo abrazó de lado para hablar bajo, pero no lo suficiente, ya que Perú debía oírlo. - Usted se encarga de la versión, cuente con nuestra ayuda, pero nosotros le damos su trajecito, me oyó? - Le apretó la mejilla, causando la sonrisa del mayor.

- Bueno bueno, les encargo eso... - Suspiró aliviado. Estaba feliz de poder contar con aquellos amigos como ellos podrían contar con él. - Mejor ya dormimos y mañana empezamos a full con la preparación - Comenzó a juntar los papeles de dibujos y palabras de la mesa ratona de su sala.

- Pero miren que tenemos unas 2 semanas y media, estamos apurimac - Hizo una seña con la mano, dando a entender que deben apresurarse.

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- ¿Entonces? - Preguntó Boguay, apoyado en su mano mientras miraba al más bajo.

- Se los digo después, ya vino el "don inglish" - Burló entre risitas, acomodando sus objetos mientras Venebia se sentaba a su lado.

- Dile como se debe, "el que quiere a mi papá" - Le dijo Boguay antes de volver a su sitio. Los otros dos rieron.

- Hello and welcome to the new class of english - Saludó Canadá, con una sonrisa bastante fingida, no había tenido una buena reunión con el mexicano. - Today I will only ask for a short story written in English (Hoy solamente pediré un cuento breve escrito en inglés) - Algunas quejas se hicieron presentes, pero con la simple mirada del bilingüe callaron sus voces.

- Qué le habrá dicho tu papá... - Susurró Venebia, sacando su cuaderno para comenzar a escribir. - Diosito ayúdame porque no estudié ésta vaina... - Miró al techo, mientras Arico preparaba sus colores para hacer una bonita portada. Miró sus cosas, y luego levantó su brazito. - Excuse me sir, will we give the story today? (Disculpe señor, ¿el cuento se lo daremos hoy?) - Al oír aquello el de una hoja lo miró.

- Ah, yes - Respondió tratando de no sonar tan duro, puesto que apenas era un niño y no tenía la culpa de nada. - The story must have at least one family member of yours (El cuento debe tener por lo menos un familiar suyo) - El menor asintió a sus palabras y comenzó a escribir.

- ¿Y tú qué harás Arico? Yo escribiré sobre como mi papá venció a Maduro - Dijo orgulloso de su idea, quizás no era fantasía como debía ser un cuento, pero estaba orgulloso de su amado padre.

- No lo sé... - Miró su hoja, apenas y tenía un título. ¿Qué podría escribir? No era buena idea hablar de sus "primos", los estados mexicanos, y su única familia era México.

- ¿"Lejos de él"? - Preguntó Venebia, muy curioso del título. Él por supuesto sabía del otro padre de su mejor amigo, pero había prometido no hablar de ello, puesto que su padre debía contarselo.

- Creo que lo tengo... - Sí, lo ignoró completamente y comenzó a escribir. Se sentía como si estuviera escribiendo una canción para dedicar o un poema de tristeza.

- ¿Qué le pasa al chiquito? - Preguntó desde la izquierda de Venebia uno de sus conocidos latinos.

- No tengo idea Urica, pero empecemos esta vaina, que el maestro se enoja - Ambos asintieron mutuamente, dejando de lado la conversación y comenzando a escribir su historia breve.

Amor a la... [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora