Capítulo 9: Tareas

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- Hola señor Rusia - Saludó respetuosamente Arico al más alto, con una estrechada de mano. - Su casa es muy bonita, está bien calentito y el frío no entra - Y soltó una sonrisa, una que cautivó al euroasiatico.

- Hola Arico, y muchas gracias por el cumplido - Vió que la mirada del niño se desvió al regalo envuelto que tenía bajo el otro brazo. - Oh, eres muy curioso no? - Le sonrió, sorprendiendo al niño.

- Su sonrisa es muy bonita señor Rusia, debería sonreír más seguido, no deje que los demás piensen feo de usted - Le dijo mientras volvía a su lugar en el suelo, para comer palomitas. - Si usted sonríe y alguien le dice algo, dígale a mi papá y nosotros los golpeamos - Le sonrió para verse más "amable" según él. Rusia quedó encantando y sorprendido con el niño, pues era un mini-México tierno, pero con una personalidad algo aplastante como lo era Argentina en la juventud.

- ¡Папа! - Gritó Runia al verlo, saltó a abrazarlo, siendo atrapado por aquel país enorme. Se sonreían mutuamente, imagen que cautivó al americano y el alemán. - ¿Y ese regalo? ¡Quiero verlo! - Pidió emocionado el mini ruso.

Rusia lo bajó, entregandole aquel paquete a su hijo, esperando a ver su reacción. Alemania se había acercado y besó a su pareja en forma de bienvenida, ese gesto lo vió Arico y se puso algo triste.

- Me gustaría que papá tenga algo así... - Pensó al mirar la felicidad de los adultos y la de Runia por su regalo, cosa que hizo a Arico volver a la realidad. - ¿Sombrero charro? - Preguntó curioso, levantandose y acercandose nuevamente.

- ¡Gracias! - Se lo colocó con una gran emoción y su pequeña sonrisa filosa. - ¿Qué dices Arico? ¿Me va bien? - Lo miró con el sombrero puesto, recibiendo la atención de la familia completa.

Por tal atención comenzó a ponerse algo nervioso, tartamudeando al decir un simple "Te va bien". Los adultos los dejaron para ir a hablar, Runia se acercó al niño mientras sonreía.

- ¿Tu papá usa esto? ¡Seguro el señor México se ve muy bien! - Halagó al adulto no presente, pues al ser Rusia un amigo muy cercano al norteño latino, Runia se vió "envuelto" en tal cultura desde pequeño.

- Sólo en día de muertos usamos eso, se hizo una tradición de la familia - Le dijo, mirando con más atención la prenda. - Woah, es un trabajo hecho a mano - Dijo sorprendido, tomando sin permiso el sombrero para examinarlo más de cerca.

- ¿Hecho a mano? - Miró el sombrero y, para la siguiente pregunta a su amigo. - ¿Cómo lo sabes? - Vió como el de 4 colores se acercó al sofá para seguir analizando su nuevo sombrero.

- Sí, se nota mucho - Le respondió sin más, para empezar a hablar "solo". - Costuras a mano... Y los botones limados y pintados igual, es un gran trabajo - Decía mientras ojeaba cada lugar. Al final se lo colocó, pero cayó levemente ya que Runia era más grande que él en todo sentido. - Estás muy grande Ru - Le dijo con una risita.

- ¡Jaja! ¡Disculpame entonces Ari! - Carcajeó el tricolor más alto en la sala. - Oye, mira, abajo de los botones hay algo dorado - Dijo al ver algo extraño en la hilera de la parte de fuera.

Arico se lo quitó enseguida, ¿cómo no lo había visto? Y la respuesta era: por los botones. Estaban muy bien puestos para tapar aquella firma.

- Aquí dice "Jalisco" - Le informó a su amigo y, después sonrió ampliamente. - ¡Por eso el trabajo se me hacía conocido! ¡Jalisco lo hizo a mano para ti! - Se alegró bastante, pues su ojito era muy bueno.

- ¡Tu primo lo hizo para mi! - Dijo alegre Runia, aunque borró la sonrisa para dejar paso a la expresión de confusión, pues Arico lo miró de forma rara. - ¿Qué? - Dijo en un tono bajo.

- ¿Mi primo? Jalisco no es mi primo, puede ser hijo de papá pero no somos nada realmente, es sólo un Estado de mi papá - Explicó tranquilo el más bajo.

- ¿No tienen lazos? Mi papá los trata como hijos, serían mis hermanos y папа me dice que son como mis tíos - Le explicó Runia, puesto que eran cosas muy diferentes allá en América.

- Eso me dice Estados Unidos, que sus Estados son como mis hermanos, y no quiere entender que él no es mi padre - Se desanimó un poco, que EE.UU. tenga parte de su territorio bajo control no era nada bueno, pero sabía que su padre lo ayudaría hasta que él sea independiente por completo.

- Te ayudaré - Dijo Runia con determinación.

Podrán haber comenzado a hablar hacía casi un día, pero Runia ya le tenía mucho cariño al pequeño Arico. Por parte del niño, se sorprendía cada vez más de lo lanzado que podría ser el europeo. ¿Ayudarlo con su problema? Eso ni el mismísimo ONU dejaría que pasara.

- Eres muy amable Runia, pero es un problema personal y de familia... - Dijo con calma y algo de tristeza en su voz. Vió que el mayor iba a contradecirlo, pero cambió su expresión a una de molestia. - No, cierra tu hocico - Lo señaló sin importarle faltar el respeto. - Escuchame bien, es un problema AMERICANO, tú NO PUEDES hacer nada, okey? - Su voz se hizo más estricta, haciendo que el mayor se sorprenda pero entienda y no hablara más. - Me voy a hacer tarea de Prevención - Fue lo último que le dijo al tricolor y se fue molesto al cuarto para hacer la dichosa tarea.

- ¿Qué acaba de suceder? - Se preguntó a sí mismo, volteando a ver al pasillo por donde se fue el más bajo.

Esperó unos segundos para ver si volvía y hablaban, pero sólo llegó Alemania con una sonrisa, o eso hasta que vió la cara de su primogénito.

- ¿Qué sucedió? ¿Y Arico? - Fue lo único que preguntó, pero luego haría más preguntas.

- Se fue a hacer tarea, del señor Chile... - Respondió con poca energía, seguía procesando el cambio de actitud del menor.

Alemania creyó aquello, no sonaba a tanta mentira como podría hacer ERÚ de vez en cuando. Se acercó a su hijo, movió el sombrero y se sentó a su lado.

- Runia, ¿te peleaste con Arico? - Lo atrajo y lo abrazó, dejando que el casi adolescente se recostara en él.

- Quise ayudarlo, por el problema de su ojo... Pero me dijo que ellos podrían solucionarlo - Dijo desanimado. - ¿Conoces a alguien al que le hayan sacado territorio y tenga grietas? - Preguntó con el mismo tono, pensando en su amigo.

- ¿Sacado territorio? - Preguntó al aire, tratando de recordar algún caso, como por ejemplo: Polonia.

Amor a la... [Countryhumans]Where stories live. Discover now