Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Una vez dejaron a Shinjuro al cuidado de Ruri, quien tenía algo muy importante que hablar con él. Senjuro había guiado a Tanjiro hacia la sala principal brindándole un poco de té para luego ir en busca del libre que el joven cazador le había hablado, siendo así una tarea de cinco minutos antes de volver y entregárselo
— Pienso que este podría ser —declaró Senjuro entregándole el libro donde en la portada se podía leer como "la vigésima generación de los pilares de llamas"— Tanjiro-san, quizás esto contenga lo que deseas saber
— Muchas gracias —le agradeció el joven de ojos burdeos antes de comenzar a revisar el contenido. Senjuro un poco curioso ser acercó hacia él para mirar
— Esto... —susurró algo dudoso el rubio
— Es... —añadió Tanjiro también confundido— esta todo rasgado, es casi ilegible ¿siempre estuvo así?
— No... —negó Senjuro— no estaba así pues el registro de generaciones de Pilares debería estar bien preservado, creo que mi padre lo dañó... —declaró pues era muy evidente— lo siento...
— ¡No, no te disculpes! —le detuvo— no es tu culpa Senjuro-san, así que no te preocupes
— Incluso viniste aquí deliberadamente, pero no pudiste encontrar nada acerca de la "danza del dios del fuego" o el "aliento solar" del que hablaba mi padre —se lamentó el menor
— Está bien —le aseguró Tanjiro— sé que debo hacer de todas formas, entrenaré un poco más, ya que aunque conozco los pasos de "la danza del dios del fuego" aún no puedo hacerla perfectamente.
— Oh, ya veo... —susurró Senjuro al escuchar su respuesta
— Si... si yo hubiera sido más fuerte en ese momento, lo suficiente como para ayudar a Rengoku-san —soltó el joven cabizbajo— no, fue un gran milagro y alivio que Tsukino-san llegara de lo contrario no sé que hubiera pasado
— Tanjiro-san...
— Si, definitivamente seguiré avanzando lo más que pueda, no importa que tan doloroso sea o cuanto me arrepienta —declaró decidido— yo... ¡definitivamente me convertiré en un Pilar fuerte, como Rengoku-san! —la sinceridad brillaba en su ojos causando conmover al menor de los Rengoku
— Sabes, mi hermano nunca tuvo un "sucesor" —relató con una corta sonrisa— se supone que yo iba a serlo, tuve que redirigir mis metas como Pilar de reserva, pero mi espada "nichirin" nunca cambio de color —se lamentó— tenía que aprender cierto grado de habilidades como espadachín o su color no cambiaría
— Es así...
— Si, no importó cuanto practiqué, era inútil —confesó mientras las lágrimas recorrían sus mejillas hasta caer en sus manos que agarraban con fuerza su hakama— entonces me rendí en convertirme en espadachín, así que haré otras cosas que sean útiles para las personas, de alguna forma, romper la sucesión de Pilares de la Flama y haré una larga cicatriz en la historia de la familia, pero... mi hermano definitivamente me perdonaría
