Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Todo tipo de sensación que recorría su cuerpo era similar a estar hundiéndose en el mar, siendo en aquellas frías aguas donde sus más preciados recuerdos navegaban ¿qué era lo que realmente había sucedido? Poco a poco las imágenes comenzaron a inundar su mente. Recordó que Tsuyoshi le había atacado con una cuchilla y sus amigos habían ido en su ayuda, pero lo que más le pesaba la mirada de tristeza en aquellos ojos dorados
Casi podía sentir el dolor que reflejaban sus ojos tristes, como si deseara pedirle que no se durmiera, sin embargo había sucumbido al cansancio con la esperanza de poder despertar luego. Por más que abriera sus ojos para mirar a su alrededor solo veía agua hasta tocar la suave arena blanca, todo eso no era real pues podía respirar libremente, sin embargo más le sorprendió que a través de las pequeñas burbujas de aire que escapaban de sus labios, imágenes vividas se reproducían en ellas junto a eco
"Feng... Li..."
Los mismos nombres que había escuchado antes resonaban en sus oídos. Pudo observar una escena bastante similar en donde esos dos niños antes felices ahora lloraban frente a una casa totalmente destruida, a sus pies un gran charco de sangre se abría paso, el mayor se aferraba fuertemente a la pequeña no dejándole presenciar aquella escena,
¿Aquello era realmente un sueño? ¿O acaso estaba viviendo las memorias de alguien más? No podía saberlo con certeza, pero quizás ese sentimiento de nostalgia pertenecía a alguna persona o pilar del período Sengoku. Lastima que no pudiera ver sus rostros claramente para así poder asociarlos, no los conocía, no estaban relacionados, por eso los recuerdos eran confusos
¿Quién eres?
Su voz pareció llegar a ellos que giraron sus rostros observándola, aquellos pequeños levantaron sus manos hacia ella en un vago intento de quizás alcanzarla, pero era imposible. De pronto una corriente empezó a arrastrarla lejos siendo solo el movimiento de sus labios lo último que alcanzara a ver, sin embargo no pudo captarlo ni escucharlo
Ahora ya no había agua, solo oscuridad. Poco a poco comenzó a sentir un ligero calor e sus manos, junto al suave cantar de algún ave mientras la fina brisa del viento se colaba en el lugar tocando su piel y moviendo ligeramente los mechones que descansaban en su rostro. Un murmullo llegó a sus oídos dandole a entender que había alguien acompañándole en el lugar
La sensación de cosquilleó comenzó a envolverla al sentir como una mano fuerte se posaba en su frente, quitando algunos mechones rebeldes de su rostro. Ruri reconoció enseguida aquella cálidez y tacto, por lo que sin miedo abrió finalmente sus verdes ojos topándose con el intenso dorado con detalles en rojo de Rengoku.
— Kyojuro... —le llamó en un susurro
— ¡Ruri! —el mencionado le dedicó una sonrisa brillante— por fin despertaste.
