Capítulo tres.

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Autora POV.


Lan WangJi y Su She habían estado caminando por un largo tiempo y mientras el segundo bostezaba a cada rato, Lan WangJi observaba con cuidado todos los detalles.

Las pequeñas gotas de sangre que habían caído al suelo todavía eran líquidas, lo que significaba que quien fuese había huido, seguramente de su atacante y se había adentrado al bosque. 

¿Un cultivador?

Algo que Lan WangJi tenía claro era que la sangre que formaba un camino era humana, pues justo a su lado habían las huellas de zapatos humanos apenas muy perceptibles. 

—¿Qué estamos buscando, Han Guan-Jun~? —jugó con su nombre.

Lan WangJi ignoró su pregunta, cómo había hecho con todas las demás, pues era obvio que solo hablaba por hablar.

—Qué arrogante... —susurró.

—Aún puedes volver con los demás e investigar la melodía de la flauta. No eres necesario aquí.

Las últimas palabras retumbaron en la cabeza de Su She y se calló.

Lan WangJi continuó siguiendo el rastro. De repente, la sangre se desvió hacia el acantilado y desapareció.

¿Había caído?

No era posible, no había suficiente sangre para que la persona se hubiera desmayado o tambaleado y haber caído desde el acantilado. Además, el camino era bastante amplio, si se tiró por el precipicio había sido por voluntad propia...

Absorto en sus pensamientos, se olvidó completamente de la presencia de Su She hasta que sintió cómo una flecha atravesaba su pecho. Sorprendido, la sangre salió de su boca y se expandió por la ropa.

Se giró para ver a Su She, pero su vista se había vuelto borrosa y cuando desenvainó su espada, sintió otra flecha en su hombro. El caballo de Lan WangJi, alterado quiso atacar a Su She, pero este desenfundó su espada e hirió una de sus patas, haciendo que cayera al suelo.

—Déjalo... —su cuerpo se tambaleó hasta caer de rodillas.

—Tks... A pesar de haber recibido dos flechazos tu apariencia no ha cambiado... ¿Cuanto tiempo planeas seguir así? 

Lan WangJi sintió cómo su cabeza daba mil vueltas y sus heridas ardían, quiso coger su espada, Bichen, pero la voz de Su She volvió a sonar.

—Oh, ni lo intentes, las flechas estaban envenenadas. En breve serás incapaz de moverte. —rió.

—Por fin las cosas se han invertido. —continuó.— Ahora eres tú quien se arrodilla ante mi. Creyéndote la gran cosa solo por ser el primero... Y mírate, derribado solo por dos flechas.

Su voz empezó a distorsionarse.

—Tranquilo, diré que tu muerte fue... Digna de un caballero. 

Su She se acercó a él con una gran sonrisa, pero antes de patearlo para que cayera por el acantilado, Lan WangJi sacó rápidamente a Bichen y cortó con la fina hoja de la espada el pecho de Su She, provocando que su sangre salpicara. Acto seguido, Su She gritó mientras maldecía y trataba de tapar la gran herida que había provocado en su pecho. Sin esperar ni un segundo más, golpeó a Lan WangJi provocando que cayera por el precipicio.

Por otro lado, el sonido de la flauta se había detenido y los demás soldados un poco confundidos, habían regresado al principio del bosque. Escucharon el grito de Su She y después de unos minutos vieron su figura tambalearse yendo hacia ellos.

Loyal Knight.Where stories live. Discover now