Capítulo catorce.

4.5K 801 78
                                    


Autora POV.

El eco del sonido de los pasos del soldado inundaban los pasillos del palacio.

Una vez habían abandonado el trono del rey, Lan WangJi cargó en sus brazos al pequeño A-Yuan, quién del miedo y toda la tensión que había acumulado se había quedado dormido al sentir el calor del mayor.

Las vestimentas blancas continuaron llenándose del color rojo de la sangre que aún brotaba de las heridas recientes en su espalda, y a pesar de que el dolor lo había obligado a cojear durante un par de minutos, lo único que pasaba por la cabeza del soldado era una pregunta.

¿Wei Ying está...?

Sin respuesta, se dirigió hacia la zona de descanso de los soldados y dónde solían haber cinco o diez de ellos sin importar la hora que fuera, la sala estaba completamente vacía. Al principio, Lan WangJi se extrañó un poco, pero al sentir cómo las pequeñas manos del menor se aferraban a él aún más fuerte, se apresuró para colocarse una nueva túnica que ocultara su heridas y volvió a caminar por los pasillos solitarios...

¿Dónde están los guardias?

Sin duda alguna, algo extraño estaba sucediendo en el palacio.

Nunca, en ninguna guardia, los pasillos habían estado desprotegidos.

Algo no iba bien, pero no podía exponer a A-Yuan ante el peligro, primero tenía que llevarlo a un lugar seguro y tratar las heridas que tenía el menor, pues las suyas podían esperar...


🌖

🌗

🌘


—E-Ese conjuro... —su voz tembló.

—Oh... Así que lo reconoces... —se rió el rey.

Wei WuXian retrocedió lo máximo que pudo cuando logró descifrar las runas del pergamino, su respiración se había entrecortado y sintió escalofríos por todo su cuerpo.

¿Cómo era posible?

—Supongo que ya sabrás por qué todavía no estás muerto... —con una mano llamó a un soldado.— Muéstralo.

Acto seguido, el soldado se dirigió hacia el pilar ocultado y retiró la tela, mostrando una caja rectangular de color rojo con tonos dorados. Wei WuXian no podía quitar la mirada de ella, pues por algún motivo reconocía esa caja.

El soldado la abrió, mostrando su Chen Qing.

—¿Qué...? 

El Chen Qing desprendía un aura oscura por todo su alrededor y el cuerpo de Wei WuXian se estremeció al sentir la energía oscura.

—CangSe SanRen supo ocultar su poder muy bien... Pero gracias a ti, su estúpido hijo, logré encontrar la última pieza para el conjuro... —miró al cultivador.— Oh, también me permití el lujo de mejorarla... 

El sudor caía por la frente de Wei WuXian y la presión en su pecho era tan grande que olvidó el dolor de sus heridas.

Cuando el rey mencionó a su madre solo significaba una cosa.

—¿Desde cuándo...?

Jin GuangShan se rió.

—No deberías de preocuparte por alguien que está muerto... ¿No crees?

Loyal Knight.Where stories live. Discover now