Capítulo dieciséis.

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Autora POV.

Al abrir la puerta del sótano, lo primero que se encontró el soldado fue un suelo de sangre acompañado del olor nauseabundo que desprendía; varios cadáveres de guardias, la mayoría con algunas partes de su cuerpo arrancadas y otros guardias gritando cuyo rostro se contraía del terror mientras luchaban contra...

¿Un aura negra?

No poseía una forma definida, pero lograba dividir su cuerpo cada vez que un guardia alzaba su espada contra esta y no parecía sufrir ningún daño.

Pero solo fue cuando su vista se posó en en centro de la sala que sintió cómo su corazón se detenía por unos segundos.

—¡Wei Ying!

❂ Una hora antes. ❂

El sonido de la flauta resonó por toda la sala, sus notas eran graves y lentas provocando a cada uno de los presentes un escalofrío por su cuerpo, pues la entonación de la melodía transmitía un sensación fría y oscura. 

La misma nota sonó dos veces, alargándose y disminuyendo a la vez, provocando que solo se pudiera escuchar los corazones y las respiraciones agitadas de los soldados. 

La mayoría de estos ya habían preparado sus espadas y no quitaban su mirada del gran circulo de sangre, el cual parecía haberse calmado, pues el líquido había detenido su movimiento junto con el sonido de la flauta.

Después de varios segundos, la tensión e inquietud en el ambiente pesaba cada vez más y los guardias comenzaron a mirarse entre sí, notando el pavor en los ojos de cada compañero.

—¿A qué esperáis? —habló el rey, quien se escondía detrás del soldado más joven.— Que alguien lo saque de ahí y recupere lo que me pertenece.

El guardia delante suya lo miró horrorizado.

—P-Pero mi señor... —sus manos comenzaron a temblar.

Jin GuangShan lo notó.

—No recuerdo haber entrenado a unos débiles... ¡Tráemelo de vuelta!

Acto seguido pateó el delgado cuerpo del soldado y este cayó de rodillas al borde de la piscina, pues su cuerpo entero temblaba y no había logrado mantener el control.

Su espada golpeó el suelo, cerca de los pies del rey y cuando logró abrir sus ojos se encontró con una cabeza flotando en la sangre.

Era el rostro de una mujer cubierto del color rojo; su cabello negro estaba enredado; su cara era demasiado delgada, como si hubieran extraído toda la grasa, carne y demás dejando tan solo los huesos; y por último, sus ojos estaban cerrados mientras que su boca se mantenía medio abierta, permitiendo que la sangre se adentrara en ella.

El menor se quedó congelado.

No podía reaccionar y cuando otro guardia intentó acercarse a él, el sonido de una nota muy aguda volvió a sonar.

Al instante, como si hubiera reaccionado por orden, los ojos de la cabeza se abrieron repentinamente y de la sangre emergieron dos brazos que agarraron las muñecas del soldado. A la vez, el rostro de la mujer abrió más la boca y emitió un fuerte sonido, parecido a un grito desgarrador haciendo que todos los soldados retrocedieran.

Loyal Knight.Where stories live. Discover now