[pocky pocky]

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La fiesta no estaba tan aburrida, a excepción de que estaba solo, tomando en consideración que estaba bailando con quien sea que se lo pidiera

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La fiesta no estaba tan aburrida, a excepción de que estaba solo, tomando en consideración que estaba bailando con quien sea que se lo pidiera. Pero los pies le dolían un infierno por moverse tanto. Tal vez no debió aceptar a todos, diablos.

Claro que ser tan lindo le jugaba en contra y no es un intento por ser más vanidoso. Kim TaeHyung era sublime, perfecto, sexy, precioso cual joya; por esa razón tenía a muchos interesados en su belleza, pero a él no le interesaba nada de eso.

¿De qué le servía que pensaran que era lindo cuando no se esforzaban en ver más allá de eso? Él quería sentirse hermoso y que se lo dijeran por su personalidad, no por un par de curvas que cualquier otro omega puede tener. A él no le importaba si al final se terminaba enamorando de alguien físicamente feo si tenía un corazón hermoso, porque uno no decide de quien se enamora.

Pero aquí se encontraba TaeHyung, sentado en un sofá, cansado de tanto bailar y de tanto rechazar insinuaciones sexuales, porque una cosa era bailar y otra muy distinta hacer aquello. Ya no soportaba ser el único sobrio entre aquellas paredes, pero eso tampoco significaba que iba a tomar una de las cervezas de la cocina, no, ni por más desesperado que estuviera.

Concéntrate, Kim TaeHyung, el alcohol no te gusta. No aceptes nada como te dijo tu abuela.

Suspiró y se recostó en el respaldo, viendo hacia el techo con ojos indiferentes. Volteó su mirada cuando el asiento a su lado se hundió y reconoció a Amber sonriéndole, devolvió el lindo gesto.

—TaeHyung-ah, te he visto aquí sentado desde hace un rato, ¿Aburrido?—adivinó, la chica ofreciéndole una lata de cerveza.

El rubio negó con una mueca de desagrado.

—No tomo, Amber, gracias.—declinó.—Pero estoy muy aburrido, me cansé de la pista de baile y sinceramente, la gente aquí no está muy interesante.

La beta asintió, sabiendo de lo que hablaba. Pero Eric se robó su atención cuando le hizo una seña con los dedos de que ya iban a subir al tercer piso. Entonces se iluminó y encaró a TaeHyung.

—Oye, Tae, algunos vamos a subir al tercer piso a jugar Verdad o Reto, ven, prometo que no haremos cosas locas si no quieres.—trató de convencer, tomando la mano del contrario y jalando de ella un poco.

—No se... ¿Que tal si me ponen a besarme con alguien más?—dudó.

—Vas a ir, yo te cuido. Soy la "mamá" de los ebrios, Tae, yo puedo con todo.—aseguró, subiendo y bajando las cejas.

—No tengo más nada que hacer, de todas formas.—cedió, poniéndose en pie y siguiendo a la andrógina hacia las escaleras, sintiendo como sus talones ardían.

Llegaron sin prisa, saludando a algunos conocidos de ambos y otros desconocidos para el omega. Entraron a la última habitación del tercer piso, que parecía ser para hacer los típicos juegos de fiesta.

Lovey-Dovey 💕 KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora