¿Crees que es fácil cuidar niños? Para T/n no lo era, ya que nunca en su vida había cuidado uno.
¿Pero qué tal si tiene que cuidar a cinco chicos? ¿Y si son todos adolescentes? ¿Y si le comienzan a gustar los cinco a la vez?
No, ella nunca imaginó...
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—¡¡Aaaaaaaaahhhh!!
—¡Te tengo! —grité saliendo mi escondite.
Si bien su grito me había dejado casi sorda, por fin había encontrado a uno de los cinco chicos, así que no pude evitar soltar una carcajada mientras lo miraba.
—Gracias a Dios, encontré a alguien —solté con felicidad.
—Aish~ Me asustaste.
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—Lo siento, no fue mi intención —dije un poco avergonzada pero sin perder mi postura.
—No te culpo —rió el chico, mostrándome una tierna sonrisa de ojos cerrados.
—Es un gusto conocerte —dije mientras extendía mi mano—. Soy T/n, la niñera.
Él me miró por un segundo y luego miró mi mano, dudoso de si debía tomarla. Sentí su mano tomar la mía pero su sonrisa tierna había desaparecido, ahora lucía nervioso.
—Hueningkai.
—¿Dónde están los demás?
—Tienes que encontrarlos —respondió levantando los hombros.
—¿Hacen esto con todas las niñeras? —me quejé poniendo mis manos en mi cintura.
—Tú eres la primer niñera que tenemos...
Me miró por unos segundos sin decir nada y le señalé la puerta dispuesta a ganar ese estúpido juego.
—Ve abajo y espera allí, no quiero que me confundas —le pedí mientras abría la puerta para dejarlo pasar—. Son bastante rápidos y se mueven por todos lados como ratas.
Hueningkai obedeció como un cachorro y saludó con la mano para luego irse con pasos ligeros y casi inaudibles.
Escuché pasos rápidos en el pasillo y salí a toda velocidad. Me acerqué a la última puerta que no había abierto todavía solamente porque decía mi nombre en la puerta, entré e inspeccioné la cama.
Claramente la habitación estaba decorada para una mujer, pero el hecho de que me haya encontrado con una nota sobre la cama que decir "trabaja duro y sé amable" con mi nombre debajo, otra vez, me sorprendió. Era una especie de indirecta de mal gusto en una habitación hermosamente costosa.
