¿Crees que es fácil cuidar niños? Para T/n no lo era, ya que nunca en su vida había cuidado uno.
¿Pero qué tal si tiene que cuidar a cinco chicos? ¿Y si son todos adolescentes? ¿Y si le comienzan a gustar los cinco a la vez?
No, ella nunca imaginó...
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«¿¡Qué!?»
Quedé congelada. Una almohada golpeó mi cara pero ni me inmuté.
—¿Q-qué?
La señorita Min Ah, que estaba hablando por teléfono, recibió la pantufla voladora.
—Te llamo luego, ya llegué —dijo ella guardando el teléfono y con una sonrisa me miró de arriba hacia abajo—. Puedo adivinar que esos fueron los chicos...
Lo que antes era una batalla, se transformó en un velorio o algo así. No se escuchaba nada más que los tacones de Min Ah acercándose a mí.
—Ten, usa esto y no te quedará ni una mancha —dijo ella entregándome un paquete de pañuelos desmaquillantes.
Los chicos no se movían de sus lugares y yo tampoco.
—¿Qué pasa? ¿Nadie se alegra de verme? No importa, yo sí los extrañé y veo que no han cambiado nada... —Min Ah dejó un bolso grande en el sillón y se dirigió a la cocina.
«¿¡Qué narices está pasando?!»
Miré a los chicos desesperada y ellos me devolvieron la misma mirada.
Amalia salió de la cocina pálida.
—¿Qué hace ella aquí? —susurró cerca mío, su rostro reflejaba la expresión de alguien que vio un fantasma.
—¿Por qué me lo preguntas a mí? —dije en el mismo tono.
—Bueno, hay que averiguarlo... —soltó Yeonjun entrando a la cocina, y todos lo seguimos con curiosidad.
—Ah, no saben lo linda que es China. La gente es algo estructurada pero son muy amables —comenzó a hablar Min Ah tranquilamente.
—Disculpe, señorita... —llamé su atención tratando de no interrumpirla—. ¿Qué está haciendo aquí?
—Oh, claro. Tú no sabes nada de esto, ¿cierto? —preguntó sonriendo—. Ser una estrella del cine, grabaciones, nada de eso...
Ese comentario me sintió algo mal.
«¿Qué quizo decir?»
—Verás... Ya completé dos semanas de filmación y quería tomarme un descanso. Son unas pequeñas vacaciones, linda.
—Entiendo...
—¿Este desayuno lo preparaste tú, T/n?
—A-ah sí... —dije mientras la miraba probar lo que sería mi desayuno.
—Esto está genial —dijo la mujer y agarró un vaso con agua.
