¿Crees que es fácil cuidar niños? Para T/n no lo era, ya que nunca en su vida había cuidado uno.
¿Pero qué tal si tiene que cuidar a cinco chicos? ¿Y si son todos adolescentes? ¿Y si le comienzan a gustar los cinco a la vez?
No, ella nunca imaginó...
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«¿¡Qué?!»
T/n
[Mañana a las 15, en mi casa]
Contesté rápidamente y apagué el teléfono. ¿Qué había querido decir?
Volví a la cocina con la esperanza de encontrar paz y decidí sacarme la idea de la cabeza.
Recordé que habíamos dejado las cosas en el auto y fui a bajarlas para mantenerme ocupada.
(...)
Después de bajar y ordenar todo, subí a mi habitación para darme una ducha.
Dejé el agua caer por mi espalda mientras mi mente vagaba en toda clase de pensamientos.
Cuando terminé, envolví mi cuerpo en una toalla y me miré al espejo.
-Ha sido una loca semana... Y aún no termina.
Salí del baño con la esperanza de poder cambiarme tranquila pero ví a alguien sentado en mi cama.
-¿¡Qué estás haciendo aquí?! -grité histérica tratando de que no me viera poniendo mis manos sobre mi pecho sosteniendo la toalla que me envolvía.
-P-Perdón -se disculpó Taehyun, apartando la mirada-. Te estaba llamando y no contestabas, no sabía dónde estabas. Asomé la cabeza y ví otra vez ese cuchillo en tu cama y me quedé mirándolo -confesó evitando mirarme.
-Está bien, está bien. Pero ahora lárgate, quiero cambiarme.
-¡S-sí! Ya me voy, o podría quedarme un rato más -dijo pensando unos segundos, pero escapando de mi habitación rápidamente-. Mejor me voy.
Tapé mi cara con mis manos frustrada, era increíble que no tuviera ni un poco de paz incluso después de salir de la ducha. Luego me reí porque nunca había visto a Taehyun nervioso, y se veía tierno.
Me vestí con algo cómodo y peiné mi pelo, para luego secarlo.
Quería mirar mi celular otra vez pero resistí la tentación.
«No debo pensar en eso... Pero quiero».
Me iba a sentar en mi cama cuando noté que mi navaja seguía ahí.
La agarré y tracé su contorno con mi dedo índice. Sin notarlo, me había hecho un pequeño corte.
Lo dejé guardado donde solía ponerlo y bajé. Los chicos estaban todos distribuidos en los sillones mirando una película al parecer.
-Tae -lo llamé tranquilamente-.¿Qué necesitabas?
-Ah, bueno, quería invitarte a ver la película -dijo distraído sin mirarme.
