Luciana ya tiene 3 años.

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Estaba sentado, en mi balcón, bebiendo una copa con sangre, preguntándome ¿Si ya era momento de asesinar a Luciana? Estaba tan concentrado en mis pensamientos que no noté que esa pequeña sabandija se escabullo en mi habitación, había abierto mi closet y se había puesto una de mis capas, caminó lentamente en dirección hacia mi y me dijo-Boo- yo inmediatamente la miré- Soy Drácula y tu vienes con migo- ¿Quién le habrá enseñado eso? Pensé- ¿te asuste papi?- me pregunto

-No- le dije "Esta sabandija aprendió a hablar de manera fluida demasiado rápido" me dije a mi mismo- Ven para acá- ella se acercó mas a mi, la cargue y la senté en mi regazo, ella me miró y sonrió de una manera dulce- ¿Por qué me miras así?- dije serio

-Por que te quiero- dijo ella con un tono de inocencia que derretiría el corazón de cualquiera, yo acaricié su mejilla con mis dedos índice y medio - ¿Por qué estas tan frío papi?- ella agarró mi mano.

No podía decirle que era un vampiro- Luciana deja de hacerme preguntas- dije un poco frustrado, le di unos besos en la frente, ella comenzó a reírse- ¿Por qué te ríes?-

-Tus dientes me hacen cosquillas- Obviamente de refería a mis colmillos, ella comenzó a bostezar, tenía sueño- ¿Me puedes leer un cuento?- Me preguntó.

-No- dije serio

-¿Por qué?- preguntó ella, odiaba que preguntara tanto

- A ver si te leo un cuento ¿Me vas a dejar en paz?- pregunte mirándola a esos lindos ojos azules como el mar, ella hiso un gesto afirmativo- bueno vamos a tu habitación-

(Ya en la habitación de Luciana...)

La acosté en su cama, encendí la lámpara que estaba en la mesita al lado de su cama, fui a la estantería y busque un libro y comencé a leer- La Bella Durmiente, había una vez...- Luciana me interrumpió.

-Ese no- dijo, yo la miré y alcé una ceja

-Este es el que te voy a leer, no voy a buscar otro- dije con autoridad

-Entonces no te dejaré en paz- dijo ella con superioridad, yo me sorprendí

-A ver ¿Qué libro quieres que te lea?- dije frustrado

-Caperucita Roja- Dijo manteniendo el contacto visual

-No puedo creer que vaya a hacer esto- dije en voz baja, me di media vuelta y lo busque en la estantería, y lo comencé a leer, ella me volvió a interrumpir-¿Ahora qué quieres?- dije.

-Mi peluche- dijo ella apuntando con el dedo índice al peluche de oso que estaba sentando en una silla detrás de mi, cerré el libro, me voltee lo agarré y se lo di- Acuéstate con migo- dijo ella amablemente.

-No Luciana- dije serio.

-¿Por qué?- pregunto ella sabiendo que eso me desagradaba.

-Porque no quiero- le respondí.

-¿Por qué no quieres?- dijo ella con un tono levemente triste.

Bufé- Bueno lo haré- dije notando como en la cara de la pequeña se dibujaba una sonrisa de victoria y satisfacción, me acosté a su lado, ella abrazaba su peluche- ¿Contenta?- pregunte

-Si, papá- dijo ella mirándome, aun con esa sonrisa

-No soy tu papá- dije, y comencé a leer.

Minutos después...

-De vuelta a casa, Caperucita Roja le explicó a su mamá todo lo sucedido y le prometió que desde aquel momento siempre escucharía sus consejos Fin- dije culminando aquel cuento, le di un beso en la frente a Luciana y me quedé contemplando a esa niña, con mis dedos medio e índice acaricié su mejilla, y le quite el cabello del cuello "Ya es hora" pensé, poco a poco acerque mis labios a su cuello, abrí mi boca y cuando la iba a morder se despertó- ¿Papá?- preguntó, inmediatamente me aleje.

-Nada, nada- le di un beso en la frente, me levante de la cama- ¿te apago esto?- dije refiriéndome a la lámpara, ella hiso un gesto de negación y la deje encendida- Espero que no duermas hoy- dije retirándome.

Salí de la habitación y me conseguí con las dos mortales que cuidaban a Luciana-Conde Luciana se escapó y no la encontramos- dijo una cabizbaja.

-Yo la encontré, y ya está dormida, que irresponsables son ambas- dije con tono de molestia- Quiero que sepan algo, cuando esa niña cumpla los 4 años quiero que le den algo de educación, ustedes serán sus profesoras y me vale un comino que no sepan, aquí hay muchos libros investiguen sino las dejaré sin una sola gota de sangre- lo ultimo lo dije con un tono de voz más fuerte- Ahora quítense de mi vista- ambas se fueron y yo me dirigí a mi habitación, cerré la puerta, me senté en la orilla de mi cama preguntándome ¿Qué me sucedía? Estaba confundido ¿Qué clase de manipulación era esta?

-¡No puede ser!- tiré el espejo de cuerpo completo que tenía en mi habitación- ¡¿Qué rayos me sucede?!- lo comencé a pisar hasta hacerlo polvo- ¡Debí haberla asesinado! ¡Debí haberle dejado esa almohada en la cara! ¡Esa maldita sabandija!- Salí de mi habitación y me dirigí a los calabozos...

Tú eres mi única debilidadWhere stories live. Discover now