El cariño mutuo y el oso de peluche.

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(2 semanas después...)

Tocaron la puerta de mi habitación, entró la señora que cuidaba a Luciana interrumpiendo mi lectura-Conde Drácula- dijo cabizbaja.

-Pasa- respondí, ella entró tímidamente y cerró la puerta-¿Sucede algo?- pregunté.

-Si, tiene que ver con Luciana-tragó saliva- desde ya hace unas semanas observé que su actitud a cambiado, casi siempre anda triste, llora e incluso a veces no quiere comer-culminó la mujer aun cabizbaja, inmediatamente me levanté y caminé hacia ella, la mujer dio unos pasos hacia atrás.

-¿Pero que le habrá pasado?- pregunté mirando a aquella mujer.

-No lo sé, ella siempre estaba alegre y yo trataba de que mantuviera esa actitud- el tono de esa mujer era sincero, en varias ocasiones demostró preocuparse por Luciana, ella seguía mis ordenes a la perfección, en serio valoraba su vida y supongo que a pesar de todo le gustaba lo que hacia.

-¿Tú eres la única mortal que tengo contratada?- pregunté con curiosidad.

-Si Conde-respondió.

-Ya se lo que le pasa a Luciana- dije seguro- Salgamos de aquí- abrí la puerta y dejé que ella pasara primero-Usted vaya a la cocina y prepárese algo, un jugo lo que sea deme tiempo para estar con ella y quizá prepárele algo a la niña-trague saliva- y también tráigame sangre- la señora me miro y se tocó el cuello por un momento- No, no la de usted, quiero una copa y una botella con sangre- me reí por un momento- Ya que sabe lo que hará pues vaya, yo estaré en el cuarto con Luciana...Ah y una ultima pregunta ¿Usted juega con la niña?- pregunté alzando una ceja.

-Cuando tengo tiempo, porque me tengo que ocupar de muchas cosas aquí- respondió ella.

-Bueno cuando la niña se duerma quisiera hablar con usted o cuando tengamos oportunidad- culminé, ella hiso un gesto afirmativo, yo me di media vuelta y me dirigí hacia la habitación de Luciana.

Cuando llegue a la habitación de Luciana toque la puerta y entré, quizá lo que la pequeña tenía era un sentimiento de soledad, porque pensándolo bien la señora tiene que hacer muchas cosas y no puede estar jugando con ella todo el tiempo, no hay otro niño y yo nunca le e prestado atención ni jugado con ella y tampoco la dejo salir, tal vez por eso tuve ese sueño, algo en mí sabia que iba a pasar esto ¿o simplemente iba a ser una reflexión?

Ella estaba sentada al orillo de su cama, abrazando a su oso, cuando entré ni siquiera me miró, solo seguía mirando al suelo y suspiró-Hola Luciana-La saludé amablemente-¿Cómo estas?- pregunté.

-Bien-contesto ella, me miró, en sus ojos ya no se podía ver aquella felicidad, lucían apagados, tristes, ella se veía ojerosa, un poco pálida, en su tono de voz se notaba que algo no estaba bien, me senté a su lado y pase una de mis manos por su cintura para apegarla más a mi, le di un beso en la frente esta vez ella no sonrió.

-¿Quieres que te lea un cuento?-pregunté mirándola.

-No, no, no después- dijo con cierto nerviosismo, seguro la había traumado.

-¿Sabes leer?- pregunte dándole un beso en la mejilla.

Suspiró-Si-dijo, mientras bostezaba.

-Entonces léeme un cuento- sonreí al ver la cara de confusión que puso la pequeña, me levanté para buscar un cuento en la estantería.

-¿Qué?-Preguntó aun con esa cara que me daba mucha gracia.

-Lo que escuchaste- dije mientras buscaba un libro, "La bella y la bestia" se titulaba el que escogí-Léeme este- dije mostrándole el libro, caminé hasta la cama puse el libro en la mesita, agarré a Luciana y la cargue, le di un beso en la frente "Preciosa" Le dije me senté en la cama, apoyándome en el espaldar de la cama y agarré el libro-Toma, léemelo tengo curiosidad por saber de que se trata- la pequeña suspiro y agarró el libro, yo aun la seguía abrazando, le di unos cuantos besos en su mejillas y poco a poco baje hacía su cuello, tratando de hacerla reír y lo logré, pude ver su sonrisa de nuevo-Bueno pequeña empieza- dije cariñosamente mientras veía como ella abría el libro.

Tú eres mi única debilidadWhere stories live. Discover now