Cap. 19

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Nota: narra Luciana.

-Chicos, este castillo es demasiado aburrido- escuché la voz de José, me levanté de un brinco de la cama, corrí hacia la puerta y comencé a tocarla y gritar su nombre.

-¡JOSÉ! ¡JOSÉ! ¡AYUDAME!- gritaba sin cesar.

-¿Luciana?- escuché la voz de Yovany del otro lado de la puerta- ¿Volviste?-

-¡SI! No... Bueno es una historia larga- contesté.

-¿Y por qué estas encerrada ahí?- me preguntó Santiago.

-El Conde Drácula me encerró aquí y quiere matarme- las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos- Por favor sáquenme de aquí- rogué.

-No creo que el Conde quiera matarte- cuestionó José- solo te protege, sabes, sufrió mucho cuando te fuiste- mi corazón se detuvo cuando escuché lo ultimo.

-¿El Conde me extrañó?- pregunté.

-Si, desde el día que te fuiste no paró de buscarte- contaba Santiago- Luciana el Conde te quiere y me parece injusto que digas eso de él-

Ahora me sentía culpable por haberlo abandonado, pero hice lo que mi mente decía, escapar para sobrevivir, durante esos tres años que estuve lejos de él me sentí vacía, sola y débil, ya que mi corazón quería estar con El Conde y yo no le presté atención, sabía que Drácula en cualquier momento pudo matarme y no lo hiso, porque me quería.

Limpié mis lágrimas y suspiré- Oigan, ahí vienen los guaridas- dijo Yovany.

-¡Vámonos!- exclamó Santiago.

-Luciana nos tenemos que ir, no olvides que te queremos, adiós- se despidió rápido José y se fueron.

(Una hora después...)

Miraba al techo- Que aburrido- bufé, de repente alguien comenzó a abrir la puerta.

-Su desayuno Señorita- dijo entrando Jennifer con mi comida- ¿Cómo durmió?- preguntó mientras dejaba la bandeja en mi cama.

-Bien, oye Jennifer, discúlpame por lo que pasó la otra vez, es que estaba desesperada por huir y la única forma era dejándote aquí... En verdad lo siento mucho- dije mientras me levanté de mi cama- ¿Si quieres podemos hacer las pases?- le ofrecí mi mano.

-Bueno- aceptó y nos dimos la mano- Pero no vuelvas a hacer eso- advirtió.

-Te aseguro que no lo volveré a hacer contigo- sinceré.

-Bueno me tengo que ir- se despidió y salió de la habitación.

Suspiré, estaba sola una vez más, ¿Cuándo saldré de aquí? Me pregunté, no sabia la respuesta pero quizá sería pronto.

(02 semanas después...)

-¡Buenas noches mi niña!- exclamó Drácula entrando a mi habitación, yo estaba leyendo y alcé la vista para saludarlo, me levanté de la cama y lo abracé con todas mis fuerzas- Supongo que te aburriste mucho sin mí- nos separamos.

-No tanto, hablé con los chicos y con Jennifer mi nueva amiga- respondí.

-Perfecto, tu felicidad es mi felicidad, sabes bien eso- me dijo, los copos de nieve comenzaron a caer, el invierno comenzaba y me encantaba, era mi época favorita- Sabes, hoy pensé en que saliéramos y camináramos un rato-

-¿Enserio?- me emocioné y abracé una vez más al Conde.

-Si, ponte un abrigo y salgamos- obedecí y hice exactamente lo que me dijo.

Bajamos las escaleras, caminamos por los pasillos y salimos del castillo, la Luna llena alumbraba con todo su resplandor, caminábamos por el bosque tranquilamente, adoraba espesa neblina, el frío ambiente, los copos de nieve que caían del cielo todo era tan perfecto, miré al Conde Drácula tenía marcada una sonrisa pícara en su rostro, el me miro, paso su mano por mi cintura y me acercó más a él, parecía un sueño del cual no quería despertar, esperaba que este momento perdurara para siempre.

-Ya llegamos- dijo deteniéndose- ¿No recuerdas este lugar?- negué con la cabeza, no reconocía el sitio donde estábamos, para mí era un montón de árboles - Ve, camina hacia ya- yo obedecí y caminé hacia el frente, de repente el Conde me lanzó una bola de nieve- ¡Guerra de Bolas de nieve!- exclamó Drácula, yo rápidamente agarré un poco y la convertí en bola y se la lancé, pero fallé- Antes si me pegabas- dijo juguetonamente lanzándome una bola de nieve, yo me escondí detrás de un árbol y trataba de pegar pero el Conde era muy ágil y se escondía fácilmente entre la maleza.

Rápidamente corrí detrás de otro árbol, y comencé a tratar de pegarle pero el me dio por la espalda.

Luego de la guerra, jugamos al escondite, mi juego preferido, estaba en las ramas de un árbol atenta por si el Conde venía- ¡te encontré!- exclamó Drácula unas ramas más arriba de mí, yo me bajé del árbol inmediatamente, miré atrás para ver si el Conde me perseguía y no estaba, cuando volví a mirar al frente lo vi, no pude frenar y terminamos cayendo los dos al suelo, quedando yo arriba y él abajo- Te atrapé- dijo entre risas, nos volteó y ahora el estaba encima de mí, me dio un beso en la mejilla y frotó nuestras narices, una vez más yo había perdido.

-Sabes, cuando era niña me preguntaba por qué la mayoría de veces ganabas este juego, y ahora sé porque- comenté.

-Si, porque soy un vampiro y estoy acostumbrado a esto- dijo, con una leve sonrisa- Ahora si me permite madame voy a morder su cuello- me guiñó un ojo.

-¡No! ¡No lo haga Conde!- decía fingiendo querer escapar, el Conde retiró el Cabello de mi cuello y comenzó a acercar sus labios a el, y lo besó, una y otra vez lentamente, sentí mis mejillas arder, mi corazón se aceleró, pasé mis manos por su espalda, Drácula se separó de mi cuello pero yo aun quería más, nos miramos, mi corazón quería salirse de mi pecho.

-¿Alguna vez te he dicho que tus ojos me fascinan?- me preguntó mientras acercaba sus labios a los míos y nos fundía en un apasionante beso, pasé mis manos por su cuello, esta vez no sentí el eléctrico sabor de la sangre, no recordé sus defectos, solo sentí que todo a nuestro alrededor desaparecía, quería que el momento fuera eterno y que no nos separáramos jamás.

Tú eres mi única debilidadWhere stories live. Discover now