ROYALTY

Hogar: Parte 3

Wen Ying se revolvió en su cama de nuevo. No podía encontrar una posición más cómoda, y se sentía molesto por eso.

Después de cambiar de posición por quinta vez, abrió los ojos. Para su sorpresa, no estaba en la cama de Wen Ning, ni en el Pabellón Médico.

Mas bien, estaba en su "cómoda" cama, en su amplia habitación. La cual siempre le pareció demasiado grande para una sola persona.

Esta había sido la habitación en donde vivió durante años, solo sirvientes específicos, y en ocasiones sus padres, lo visitaban.

Consistía en una inmensa cama en el costado de la habitación, un espejo grande al lado de la cama, un mueble para guardar su ropa, y en el centro de la habitación alrededor de una mesa una par de almohadones lo suficiente mente grandes para que todo su cuerpo entrara.

Todo en la habitación era detallado y de alta calidad, y simplemente hermoso para cualquiera que lo viera.

Para el omega era...una jaula hecha de oro.

Se paró con pereza y se dirigió al balcón con vista a prácticamente todo el reino. Durante años se la pasaba viendo cada casa, cada persona que apenas distinguía, el mercado, el campo de entrenamiento, entre muchos lugares más, y empezaba a imaginar la historia que había detrás.

¿Cómo sería conocer a esta persona? ¿Cómo sería tener una espada en la mano? ¿Qué haría si un niño pequeño en el mercado le pidiese que le comprara algo?

Todas esas preguntas no podían ser respondidas durante sus primeros años de vida, e inclusive ahora con casi 16 años nunca ha puesto un pie fuera del palacio.

Muchos pensarían que su habitación era normal, solo más lujosa y grande que los demás. Después de todo era el tercer príncipe, era natural que tuviese esos lujos.

Pero pocos conocían los diversos sellos que habían alrededor de la habitación (Que al ser tan grande contaría como una casa por si misma). Sellos que solo su padre y su hermano mayor podían activar y desactivar a placer. (Antes también su madre, pero ella falleció un año después que su padre le permitió salir)

Su padre ni siquiera permitía que Wen Chao o cualquiera de sus mejores guardaespaldas, como Wen Zhuliu, entraran a su habitación.

Ahora, después de años su padre por fin desactivó todos los sellos alrededor de la casa. Era libre de salir cuando quisiera...pero no a donde quisiera.

Se dirigió a la puerta de la habitación, y vio que ya estaba una tina llena de agua caliente preparada.

La arrastró hacia el interior de la sala y, después de desvestirse, tomó un largo baño para calmar la mayoría de sus nervios que el solo hecho de estar en esta habitación le causaba.

Justo cuando acabó de cambiarse y peinarse de la forma en que más le gustaba, un suave golpe en la puerta le llamó la atención.

-A-Ying, soy Wen Xu. ¿Puedo pasar?- Habló su hermano, y por un minuto estuvo a punto de decirle que no, pero sabía que tenía que hablar con Wen Xu, quisiera o no.

-Ya estoy listo, puedes entrar.- Cuando Wen Xu entró, le costó ordenarle a su cuerpo que no se atreviera a abrazar al alfa como siempre.

-A-Ying, sabes que no puedes estar enojado tanto tiempo.- Dijo al ver el ceño fruncido de su hermano menor.

-Quizá, pero puedo intentarlo.- Wen Ying se cruzó de brazos, negándose a ver a su hermano.

-Bueno, entonces no podré darte esta invitación a Gusu Lan...-El alfa dio la vuelta hacia la puerta, como si se estuviera yendo.