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- Te sigo... - Di un paso al frente con seguridad.

La mariposa pareció entenderme, ya que se giró y comenzó a alejarse. Rodeamos la casa y me guió por mi vecindario en mitad de la fina lluvia y la oscuridad. Algún que otro rayo iluminaba el cielo, pero el brillo de las alas del pequeño insecto llamaba toda mi atención. Brock estaba pegado a mi pierna, atento a cualquier movimiento de nuestro alrededor. Tampoco se fiaba. Nos estábamos calando, pero tenía que averiguar qué es lo que tramaba. A lo lejos, escuché un cristal roto, seguido de alguien corriendo por medio de la carretera.

- ¿ Bradley ? - Lo ví saltar la valla de protección que habían puesto, en la obra, algunos compañeros de Murray cuando lo avisé días antes - ¡ Bradley ! - Grité corriendo hacia él.

Llegué a la valla metálica, metiendo los dedos entre los orificios de esta. Lo vi escalando la grúa, y aunque lo llamé, me ignoró. Mi corazón dejó de latir durante un segundo al recordar mi premonición. Caería al vacío. La mariposa le siguió, me estaba guiando hacia él. Me dispuse a escalar la valla, pero Fliss apareció al otro lado.

- ¿ Qué haces ? - Preguntó confusa con el ceño levemente fruncido.

- Mi premonición se está cumpliendo - Fliss miró hacia la grúa con sorpresa, viendo a Bradley casi en la cima. Logré entrar y llegar a las escaleras verticales de la grúa, dejando a Brock fuera ladrando con nerviosismo al no poder seguirme.

- ¿ Vas a subir tras él ? ¿¡ Tú sola !? - Asentí - ¡ No, Agnes ! ¡ Podríais caer los dos ! ¡ Agnes ! - Me gritó desde abajo; la ignoré.

A veces, mis pies se resbalaban de la escalera, pero por suerte, estaba parando de llover poco a poco. Llegué al final, y logré verlo a unos metros de mi, al final del pequeño pasillo de hierro. Me acerqué muy lentamente, agarrándome a las barras de hierro que formaban triángulos para mejorar la estructura. Al acercarme lo suficiente, vi su cabello rubio despeinado, sus cortes en la cara, manchas de sangre en la ropa... Casi idéntico a mi premonición.

- Bradley... - Lo llamé con la voz calmada. Me miró asustado, como si esperara que fuera la mismísima muerte.

- ¡ Aléjate ! - Retrocedió asustándome, ya que casi estaba al límite.

-Vale, me alejo - Elevé las manos retrocediendo un paso - Pero bajemos juntos, por favor...

- Acabo de... - Miró sus manos con horror - ... hacer algo horrible - Sus ojos azules transmitían terror por él mismo.

- ¿ Qué hiciste ? - Fruncí levemente el ceño.

- No estoy seguro... - Se pasó una mano por la cara, manchándose de sangre - Creo que he matado a mis padres - Se rió incrédulo; estaba completamente en shock - Estaba hablando con ellos, y de repente, estaban muertos frente a mí - Sus lágrimas empezaron a empapar su rostro, sustituyendo a la fina lluvia y a la sangre.

- Hablemos con Murray, seguro que tú no fuiste el culpab...

- ¡ Tenía el cuchillo en mis manos, Agnes ! ¡ Estoy cubierto de su sangre ! - Me gritó con rabia mostrándome sus manos.

Se ha metido en su cuerpo y lo ha controlado...

Me acerqué, tomando una de sus manos; temblaba. Sabía que no había sido él, estaba completamente segura de que el espíritu había vuelto a actuar y si se lo explicará a Murray lo entendería; le ayudaríamos. Me miró con dolor. Al comprender que confiaba en él, apretó mi mano cerrando los ojos para llorar. Se sentó y lo abracé, intentando consolarle, pero cuando pensaba que bajaríamos de la grúa, su cuerpo se tensó, sus ojos se pusieron en blanco e intentó incorporarse, pero lo agarré con fuerza del brazo.

Sin Palabras ||En Físico||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora