Mi culpa

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Calix susurró algo inaudible antes de que su colgante empezara a brillar por un instante, haciendo que el cuerpo de Murray cayera al suelo; inconsciente. Miré al pelinegro con confusión, pero sólo se encogió de hombros. Mi abuelo se inclinó un poco hacia adelante para poder mirarlo y asentir a modo de aprobación.

- ¿ Qué acabas de hacer ? - Pregunté.

- Darle una orden a mi colgante - Dijo sin más - Antes de que alguien pueda darle ordenes, el dueño actual debe renunciar a él y pasarle la responsabilidad a otro. Sino, sólo seguirá obedeciendo a su protector - Explicó - Como hizo tu abuelo contigo...

- ¿ Qué le has ordenado ? - Noté cómo la sangre de mi sien bajaba por mi perfil y caía por mi barbilla.

- Expulsión inmediata - Me miró con seriedad, supongo que dándose cuenta de la sangre - Aguanta un poco, cuando Murray se despierte te llevaremos al hospital - Asentí, centrándome en un punto, ya que me estaba empezando a marear.

Miré a mi abuelo de reojo, viendo cómo frotaba su mejilla contra su hombro para intentar despegar la cinta de su boca. Se escuchó el timbre, haciendo que los tres miráramos hacia las escaleras de la planta superior. La ventana del salón estaba tapada con mantas, lo que les impedía vernos.

- ¡ Ayuda ! - Grité - ¡ Estamos en el salón atados ! - Escuché cómo intentaban abrir la puerta; me habían escuchado. Dejaron de forzarla, quedando todo en silencio.

- ¿ Se ha ido ? - Susurró Calix atento a cualquier sonido.

- No lo sé...

Algo, o más bien, alguien impactó contra la ventana del salón, partiéndola en mil trozitos que se esparcieron por el parqué. Miré al desconocido en el suelo cubierto por las mantas. Al quitárselas no pude evitar sonreír con alivio al reconocerlo. Se sacudió los cristales de la ropa y las manos antes de acercarse para desatarme.

- ¿ Qué os ha pasado ? - Se puso detrás mío para intentar liberar mis manos.

- Un ladrón - Dijo Calix.

Me desató con ayuda del cuchillo que había soltado el espíritu con anterioridad, soltó a mi abuelo y antes de que soltará a Calix lo detuve. No podía si quiera rozarlo o acabaría mal. Me tendió el cuchillo antes de sacar el móvil, supongo que para llamar a una ambulancia. Se arrodilló junto a Murray para tomarle el pulso mientras cortaba la cuerda de las manos de Calix. Al soltarlo, se masajeó las muñecas antes de incorporarse y tomar mi mentón con una de sus manos. Me hizo mirar hacia la izquierda para ver la herida de mi sien. Hizo una mueca de disgusto; tendría mala pinta.

- Sí, no colgaré... - Dijo Bradley incorporándose.

- Coger los colgantes - Dijo mi abuelo yendo a la cocina con una de las mantas. Ambos nos lo pusimos de nuevo y fui en su busca - Siéntate - Apuntó a una de las sillas de la isleta.

Me limpió la sangre alrededor de la herida mientras esperábamos a los sanitarios. Los ojos de mi abuelo estaban rojos, notando más su heterocromía. Estaba aguantando las ganas de llorar, supongo, que se sentía culpable por lo que había pasado, pero el único que tenía la culpa era aquel espíritu errante.

Espíritu...

- ¿ Y Fliss ? - Pregunté cambiando de tema.

- No lo sé, cuando pasó todo desapareció - Dijo mi abuelo con el ceño fruncido, concentrado en la herida.

- ¿ Y si le ha hecho algo ? - Dije preocupada.

- Estará bien, como mucho le ha podido alejar o ordenar que desapareciera - Tiró la manta manchada de sangre a la basura.

Sin Palabras ||En Físico||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora