06: « ¿Estamos mal? »

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06: « ¿Estamos mal? »

Cuatro días en Nueva York a Justin lo están enloqueciendo, se había pasado encerrado en su oficina, hasta había dormido ahí apropósito. Pero no pudo aguantar, así que decidió irse nuevamente. Se apresuró a comprar su boleto de regresar a Chicago, y logro conseguir uno en la madrugada así que hizo sus maletas con rapidez, emocionado, poco le faltaba para que se pudiera a bailar de felicidad.

Mientras su esposa lo observa con tristeza, esperando a que Justin la notara y le diera un abrazo, pero él se encuentra metido en su propio mundo.

—¿De verdad tienes que irte tan pronto? —pregunto con voz rota—. ¿No puedes decirle a tu jefe que la reunión puede esperar hasta la otra semana?

—No, no puedo. Es mi jefe —negó de inmediato—. Volveré en una semana o más.

—¿Por qué tanto?

Porque quiero y se me da la gana, bufo en silencio, a veces se la insistencia de su esposa, lo frustra.

—Porque mi jefe quiere también celebrar por el proyecto, ¿entiendes?

—Eso no significa que tengas que irte tanto tiempo.

—No hagas un drama, ¿sí?

—Pero Justin...

—Rose, por favor.

—Es que, Justin...

—¡Entiende, Rose! —alzo la voz, cansado de tener que escucharla, y se giró hacia ella—. ¡Me iré una semana o más, y después regresare! Maldición, basta.

Su esposa aguanto las ganas de gritarle una respuesta, aunque para ser sinceros, tampoco se atreve a hacerlo. Simplemente, termino asintiendo, mientras se cruza de brazos e intenta no llorar de enojo y tristeza. Está cansada de que Justin siempre viaje, casi nunca están juntos. ¿Por qué nuestro matrimonio perfecto está cayendo o es una etapa?, pensó ella.

—¿Me llamaras?

—Sí, sí, lo haré —evito que no se notara el fastidio.

—¿Podemos dormir jun...?

—Iré a hacer unos documentos antes de irme —la interrumpió de inmediato—. Buenas noches.

—Buenas noches.

Saco sus maletas de la habitación y las dejo en el pasillo que da hacia la puerta. Después, se encerró en su oficina, se acostó en el sofá de cuero, y se cubrió con una manta que había escondido hace un tiempo. Se quedó mirando el techo, mientras piensa en que pronto estará con Alissa. Y con ese pensamiento, se durmió en segundos.

Despertó cuando escucho la alarma de su celular, son las tres y ocho de la madrugada. Y se fue a preparar para irse. Rose se despertó al escuchar el ruido, y se levantó para ir a verlo, pero la puerta se encuentra cerrada con seguro. Su esposa suspiro, y regreso a la cama. Lo espero, hasta que lo vio salir vestido.

—¿Te vas? —pregunto tontamente.

—Sí.

Su frialdad es como unos cuchillos que van directo al corazón de su esposa.

Rose ladeo la cabeza, preguntándose si es momento de decirle lo que ha estado pensando durante días.

—Bueno, me voy, nos vemos.

—Espera, Justin —lo detuvo y este la miro—. He estado pensando, que cuando regreses...

—Rose, hemos hablamos sobre los niños, todavía no es tiempo.

SecretoWhere stories live. Discover now