Casi grito cuando vio el nombre de secretaría en su pantalla. Tomo todo el aire posible en sus pulmones y calmo el enojo. ¿Acaso Rose no se cansa de llamarlo? Es como si lo asfixiara, se pone tan nervioso. Él solo quería que ella lo dejará en paz.
—Hola.
—¡Cariño! —grito Rose feliz—. Te extraño mucho.
—Uh... ¿ocurrió algo?
—No, nada, ¿por qué?
¿Entonces, lo llama por nada? Cerró sus ojos unos segundos, y hablo:
—Rose, me encuentro muy ocupado.
—¡¿De verdad?! Perdón, querido.
No, no te perdono, rodo los ojos. Pero lo podría hacer solo si le corta ahora mismo el teléfono, y lo deja tranquilo. Es la sexta vez en el día que lo llama, y ni siquiera es medio día.
—Bueno, Rose, nos vemos.
—¡Te am...!
Le corto antes de escuchar la rase, y es que no quiere escuchar esas palabras. Guardo su teléfono, y apoyo la cara contra la mesa. Pero la levantó de inmediato cuando su jefe entro a la sala, junto a su amigo. Ambos manteniendo una charla. Justin se acomodó el traje, y le estrecho la mano en forma de saludo.
—Muchachos, tengo un trabajo para ustedes —informo su jefe—. ¡Es un gran trabajo! Y se los propongo porque son los mejores en la empresa. Es un proyecto para una compañía de bebidas, pero tendrán que pasar un cerca de un mes en Chicago, ya que el dueño quiere supervisar el trabajo de cerca. No sé si acepten, pero solo puedo decirles que si lo hacen, no se arrepentirán.
Escuchar esa propuesta, fue para Justin como una respuesta a todos sus pedidos. Es la oportunidad que ha estado esperando. Estaría lejos de Rose, y podría estar más cerca de Alissa, y su bebé.
—¡Acepto! —dijo de inmediato Justin.
Zayn no pudo negarse, no le importaba la ubicación, solo trabajar y ayudar cuando podía, y más cuando se trata de Justin.
—Que bueno escuchar eso —el jefe los felicito—. Su trabajo comienza la otra semana, nos vemos, muchachos. Y suerte.
Cuando el jefe se fue, y los dejo solos, Justin comenzó a bailar en su asiento contento. Zayn soltó una gran carcajada al verlo feliz, mientras niega con la cabeza al ver su locura.
—¿Y qué le dirás a Rose?
—Que me quedaré un mes —se encogió de hombros— ¡Un maravilloso mes!
—Deberías usar ese mes para planear las palabras del divorcio.
—Sí, sí, lo sé —siguió bailando—. Y tú... —lo señalo— eres el mejor amigo del mundo. ¡Gracias, Zayn!
—Que bah, yo solo ayudo.
—Gracias —volvía a decir—. Ahora, me iré a casa con mi hermosa prometida, y mi futuro bebé.
Justin se despidió de su amigo con un abrazo fraternal. Y salió hacia su apartamento, donde llego muy contento. Cuando abrió la puerta, fue directo a abrazar a su dulce novia, y la lleno de miles de besos.
—Oh cielos, ¿a qué se debe tanta felicidad, cariño?
—Porque eres el amor de mi vida —la beso nuevamente—. ¡Y me quedaré un mes entero en Chicago!
Alissa, al escuchar esas palabras, se le dibujo una gran sonrisa, y comenzó a celebrar con su prometido. Contenta de tenerlo sin viajar durante un buen tiempo. Justin se encuentra emocionado, porque ahora puede dormir un mes en la misma cama que Alissa, y también pasar más tiempo hablándole a su hijo, aunque este todavía se encuentra en el vientre, igual está seguro que lo escucha.
—¿Qué te parece si salimos a almorzar para celebrar?
—Me parece bien, iré a ducharme.
Su prometido asintió contento, y se lanzó al sofá para esperarla. No había nada mejor que estar en su hogar. Al fin se encuentra en paz, aunque es temporal.
Sintió su celular vibrar, y lo saco de su chaqueta.
Alzo el volumen de la televisión. Y se aseguró que Alissa se encontrara duchándose, cuando lo comprobó, regreso a la sala donde contesto la llamada de su esposa.
—Dime, Rose.
—Cariño, ¿cómo estás?
Justin masajeo su cuello.
—Bien... y necesito contarte algo.
—¿Qué sucede?
Con mucha emoción, le dijo de inmediato:
—Mi jefe me dio un gran proyecto, uno muy grande.
—¡Qué bueno, felicidades, querido!
Rose no pudo evitar sentirse orgullosa de su esposo.
—El proyecto será seguido por el dueño —tuvo que fingir algo de tristeza—. Así que tendré que quedarme cerca de un mes en Chicago.
Al otro lado de la línea, la respiración de Rose se detuvo al escuchar la gran noticia. ¿Su esposo estará alejado un mes de ella? Apenas soportaba unas cortas semanas. No sabe que decirle, no quiere arruinarlo, no cuando es una gran oportunidad para Justin.
—¿Y la terapia de pareja...? —apenas pudo decir.
—Eso no importa. Además, ni siquiera he decidido nada.
Su esposa ahogo un suspiro lleno de tristeza. Para ella, es muy importante la terapia, pero al escuchar a su esposo, parece que ni siquiera lo ha pensado a pesar que se lo prometió. Y no lo culpa, porque él se encuentra trabajando. Por ahora, tiene que suspenderlo. Rose no quiere molestarlo con sus reclamos, así que solo pudo ser nuevamente y como siempre, comprensiva:
—Lo entiendo.
Justin frunció el ceño al escuchar su respuesta, tan tranquila. Pero decidió ignorarlo, no le importa que no le este haciendo un escándalo, para él está bien. Pero lo que no sabe es que Rose esta por romper a llorar.
—¡Qué bueno! Entonces... —Justin vio que Alissa sale de la ducha, y se apresuró—. Nos vemos en un mes.
¿Así nada más?, Rose se mordió la lengua, por un momento pensó que le daría una despedida amorosa, pero no sucedió. La primera lagrima rodo por su rostro tan delicado. Agito su cabeza, intentando concentrarse, y sonrió para amarlo:
—Te amo, te amo mucho, Justin.
Espero que le correspondiera, pero...
—¡Ah...! Zayn me está llamando, tengo que cortar. Nos vemos.
Y corto de golpe, asustado. Justin pego el celular a su pecho, se siente un poco mal por hablarle de esa manera a Rose. Pero pensó que no ha sido tan malo por escuchar su reacción tan tranquila. ¿Podría suceder lo mismo cuando le pidiera el divorcio? Pidió a Dios que sí, sería otro golpe de buena suerte.
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