11: « Tú eres perfecta »

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11: « Tú eres perfecta »

Rose despertó temprano, sigue vestida con la misma ropa de ayer. Se había pasado toda la noche llorando, esperando la llamada de su esposo, pidiendo disculpas, pero no sucedió. Sim embargo, su corazón sigue guardando esperanzas de que él llegue a verla.

Se dio una ducha, y se colocó un vestido, se arregló solo para él.

Desayuna, mientras mira la televisión e intento no pensar en lo ocurrido del día de ayer. Se siente todavía un poco mal por lo sucedido. Las cosas habían salido de otro modo, muy lejos de lo que imagino. Y tomo la decisión que si su esposo la busca, se disculparía con él. Ella no quiere causar más problemas.

En ese momento, su teléfono sonó, sonrío y contesto:

—Buenas días, querido.

—¿Compraste tu boleto a Nueva York?

Su esposa hizo una mueca.

—No-o...

—Bien —dijo. Rose pensó por un momento que querría en la ciudad—. Te lo he comprado yo. Un auto irá a recogerte al hotel a las doce, y te llevará al aeropuerto.

Su labio inferior tembló.

—Pero yo quiero verte...

Justin soltó un suspiro en silencio, está por enloquecer en cualquier momento. Pero si quiere que su esposa se vaya, tiene que fingir hablarle como un esposo que ama a su mujer.

—Rose, necesito que me escuches bien —suspiro, y dijo lo que había practicado horas antes—. Necesito trabajar, ¿lo entiendes, no? Y estando tú aquí, se convierte en una situación complicada porque no conoces Chicago, ni a nadie, excepto a Zayn y a mí. Quiero que regreses a Nueva York, porque ahí estás protegida.

Su esposa no pudo evitar sonreír.

—Te preocupas mucho por mí, querido.

No, no lo hago, solo quiero que te vayas, pensó Justin, quien está por lanzar su teléfono al piso. Quiere y necesita que Rose se concentre. Necesita sentir libre, que no lo ahogue. Guardo la calma, y nuevamente hablo de forma dulce.

—¿Puedes hacer eso por mí, Rose? —pregunto—. Por favor, regresa a casa, cariño.

Y con esa última palabra, tal y como Justin pensó, convenció a su esposa que regrese a Nueva York. Rose acepto tomar el vuelo.

—Te llamaré cuando llegues a Nueva York.

—No te preocupes por mí, querido, te am...

—¡Debo irme! —la interrumpió—. Adiós.

Justin cortó la llamada, como miles de veces, y salió del ascensor. Entro al apartamento, y se sentó en el primer sofá. Sintió como un pequeño peso se le quitó de encima, pero no todo, no hasta que Rose aborde ese avión hacia Nueva York.

Froto su mano por la cabeza, haciendo un pequeño masaje.

—Deja, yo lo hago.

Alissa se acercó a él, y comenzó a frotar su cabeza. Justin cerró los ojos, dejando que su prometida se encargue de sacar de forma dulce ese estrés acumulado.

—A veces me preocupas. Trabajas mucho, cariño.

—Tomaré vacaciones cuando ustedes lo tengan todo —tomo la mano de su novia, y la beso—. Primero, quiero darles lo mejor, y que estén seguros.

SecretoWhere stories live. Discover now