Justin observa a Rose, lleno de miedo. Ve las lágrimas en el rostro de su esposa. Teme lo peor, que todo lo que le importa, se haya destruido. Entonces, miro a Alissa y frunce un poco el ceño al verla tan tranquila.
—Cariño —Alissa murmura—. Que bueno que llegas. Tu ex secretaria justo se iba.
Ahora está confundido. Y miro a su esposa.
—Rose...
—Señor Bieber —lo interrumpe ella, ahogando el dolor, mientras se hace a un lado, y finge buscar en su bolso—. Solo bien a traerle unos documentos, pero acabo de darme cuenta que los confundí.
Entonces, todo lo que Justin había olvidado ese mes, sus sentimientos de odio hacia sí mismo por ser un desgraciado, regresaron al ver a Rose destrozada de esa manera.
—Debo irme —murmura Rose—. Mí-í esposo debe estar esperándome... —dijo forzadamente—. Le enviaré los documentos por correo, señor Bieber. No te preocupe por nada, tenga un buen día.
Rose paso por su lado y Justin no la detuvo.
—Jay, ¿te encuentras bien? Estas muy pálido.
Alissa lo hizo regresar a la realidad, y la miro.
—Sí-í... solo que casi tuve un accidente.
Su prometida se preocupó de inmediato por él y lo obligo a tomar asiento. Dejo al niño en su cesta cuna. E fue a preparar un té para Justin.
Justin no entiende que acaba de suceder. Pensó que al llegar, encontraría a Rose gritándole a Alissa o a ambas llorando por descubrir la verdad. Pero no, ha sido todo lo contrario. Solo que esposa si lloro, mientras su prometida esta también confundida por todo.
—¿Seguro qué estás bien, cariño? —le pregunta Alissa, tomando asiento a su lado y acaricia la espalda.
Justin bebe un poco del té antes de hablar.
—Sí, mi amor —dibujo una sonrisa, solo para calmarla—. ¿Qué-é te dijo Rose?
—La señora Mills, primero vino a devolverte unos documentos —empezó a contarle—. Luego la invite a pasar al apartamento, y le preste a Jaziel, pero ella termino llorando porque no puede tener un bebé...
Justin se sintió de lo peor.
Sabe que Rose siempre quiso un bebé con él. Y ver a Jaziel, fue un puñal.
—...Y es muy triste, espero le vaya mejor en el futuro —murmuro su prometida—. Y segundos antes que llegaras, dijo se tenía que marchar. Yo creo que ella no se sentía bien...
Su prometido asintió de acuerdo con ella.
Había querido evitar todo esto, pero sus mentiras cayeron, y terminaron lastimando a una mujer inocente, que jamás debió merecer nada de eso.
Y lo peor, era que ella había mentido por él.
No lo hizo, no le dijo nada, pensó, analizando lo que su prometida le cuenta. Rose no uso su apellido de casada, sino, el de soltera. Y dijo que fue su secretaría, pero, ¿por qué...? Sabe que me rece todo el odio de Rose y no la culpa, sabe que se ha portado mal por un buen tiempo. Pero jamás pensó que ella haría eso por él. Ahora, Justin quiere saber la verdad lo cual es irónico, porque él ha estado ocultando su doble vida, llenando a ambas mujeres de mentiras cada día.
—Creo que deberías ir a descansar, cariño.
Alissa le acaricio con ternura la mano.
—Estoy bien, mi amor —beso sus labios con ternura—. Tengo que llamar a Zayn.
Justo en ese momento, el bebé comienza a llorar, reclamando toda la atención de su madre, y lo obtuvo. Alissa lo tomo en brazos y se marcha la mecedora, en la habitación del niño.
Mientras tanto, él sale hacia la terraza, donde el aire sopla contra su rostro.
Busca el contacto de Rose en su teléfono y se lo queda mirando durante unos largos segundos. Es la primera vez que quiere llamarla, que quiere escuchar su voz y asegurarse que está bien.
Porque a pesar que no la ama, la estima.
—Solo recuerda: la mentira e infidelidad tienen fecha de caducidad.
Esa rase resonó en su mente. Zayn, su amigo le había dicho eso hace un tiempo, se dio cuenta que es cierta. No pudo ocultar todo y mantenerlo perfecto.
Volvió a la realidad, cuando su teléfono sonó.
« Quiero hablar contigo. Mañana en el parque Grant. Fuente Buckingham. A las 4PM. »
Él sabe de qué se trata.
Rose quiere respuestas. Y Justin va a dárselas.
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