capítulo 2

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Salimos del restaurant y entramos al coche, todo el camino hacia el departamento Ariel se mantuvo en silencio. Llegando simplemente entro hasta el cuarto sin siquiera esperarme.

A la mañana siguiente al levantarme, el aún seguía dormido así que me levanté y fui a hacernos el desayuno, un rato después escuché que recorría la silla del comedor.

—Buenos días, ¿que hiciste de desayunar?

—Buenos días, estoy haciendo hot cakes, ahorita te sirvo— respondí

Cuando ya estábamos por terminar me animé a preguntarle.

—Ariel... ¿te enojarte ayer?

—¿Ayer? ¿por que tendría que enojarme, no tengo motivos, o si?

—No, digo, lo supuse ya que después de salir del restaurante no hablaste más.

—Sólo me dolía la cabeza, es todo.

No dije nada más y me levanté a recoger los platos. Un rato después me dijo que iríamos a visitar a sus papás. Desde que nos casamos hace ya 3 semanas vivíamos en un departamento en Mexicali ya, cada fin de semana o cada que podemos vamos a ver a su familia o a la mía, esta vez tocaba ir con la de el. Hice una pequeña maleta y también arreglé la suya.

—Irina, apurate, se nos va a hacer tarde— dijo en un tono desesperado. Eso era algo que no me gustaba de él, no tenía mucha paciencia.

—Ya voy, ¿podrías venir a ayudarme?.
—Por dios ni que estuviesen tan pesadas.

—Bueno, entonces no me estes apurando.

Me quito las dos maletas que traía y las subió al coche, me subí yo y arrancó.

—Últimamente andado muy desesperado, ¿podrías tranquilizarte?

—No es eso, si no, que si no nos apuramos nos va agarrar el tráfico.

—Pero si la carretera está literalmente sola.

— Si nos tardamos un minuto más, podría haber tráfico.

—Ay por dios...

Mis suegros vivían en Ensenadaal igual que mis padres. Partíamos a las 12:30 y eran 3 horas de viaje,antes de arrancar lleno el tanque de combustible,  viajamos directo, no hicimos ninguna parada. Al llegar nos recibieron con alegría como siempre.

—Muchachos que alegría verlos por aquí de nuevo — hablo su madre acercándose para saludarnos.

—Lo mismo digo — comentó su padre

—Bueno, los dejamos solos para que puedan instalarse.

Estábamos desempacando y le pregunté
—Amor crees que después de aquí, ¿podríamos ir a ver a mis papás?

—Vinimos a estar con mis papás, ya será otro día.

—Pero ya tiene semanas que no los veo.

—No seas dramática, luego vamos visitarlos

—Últimamente estás insoportable, eh — conteste saliendo del cuarto dando un portazo.

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