capítulo 19

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Sabia lo que quería hacer, buscaba manipularme para que no lo dejara, ya lo había hecho antes, pero yo no he querido ver.

—No me vengas con eso, no me vas a manipular. ¿Por que lo hiciste?, si te suplique que no, que no quería hacerlo — hable parándome del sillón, mis ojos comenzaban a aguarse.

—No sé, mierda, no sabía lo que hacía— replico pasándose las manos por su cabello. —Pensé que era un "si" disfrazado, por favor, perdóname.— Te juro que lo hago, si te vas, nada tendrá sentido, créeme que tu eres el único motivo por el que sigo aquí, no me dejes, por favor —suplica acortando el espacio.

—Si de verdad lo fueras a hacer, no me lo estuvieses diciendo, simplemente lo harías y ya, deja de intentar manipularme— le solté en la cara y paso por su lado yendo a a la habitación tomando lo más importante para después salir.

—Irina, por favor, no lo hagas— me toma de la muñeca, su agarre es débil pero firme. Me safo y salgo de ahí.

Me siento..., ni siquiera sé que es lo que siento. Iba a agarrar un taxi, pero me decido por caminar así despejó un poco la mente y aclaró mis ideas y mis sentimientos. Quiero a Ariel, lo quiero, eso está claro, pero siento que ya no lo amo, tal vez nunca lo hice y todo este tiempo me estuve mintiendo o debido a todo lo que nos está pasando ese amor ha ido disminuyendo. Sé que el no es una mala persona, apesar de todo lo que ha pasado, no me gusta verlo mal, se que dijo lo de matarse como una amenaza, estoy segura de que no lo hará, o eso quiero creer. Por otro lado está Alejandro, desde que lo conocí lo único que ha hecho es apoyarme sin juzgarme, me sentía bien, me sentía en paz con él, algo que últimamente no tenía.

El celular me timbra y lo tomo

—¿Bueno?

—Hija, por fin, y luego, pues ¿por que no contestas?,

—Hola, perdón, mamá.

—¿Qué está pasando, mija?, ¿tienes problemas con Ariel, ¿verdad? — noto algo de preocupación en su voz. No sabía si contarle la verdad, aparte no creo que sea apropiado hablarlo por celular.

—Una que otra diferencia, ma, pero ya lo arreglaremos, ustedes, ¿cómo están? — digo para calmarla y cambio de tema rápidamente.

Me cuenta que Ingrid aplico para entrar a la universidad, hace un año que se graduó de la preparatoria, pero no entro, así que tuvo que esperarse otro año para intentar de nuevo, me alegra tanto que haya entrado, es muy inteligente y se que echándole ganas todo se puede. Cuelgo y sigo caminando, recuerdo que hace días no voy a trabajar, decido llamar a la secretaría.

—Hola

—Señorita, ¿cómo está?

—Quería avisar que he faltado, por...

—No se preocupe, su amiga llamó hace unos días diciendo que estaría indispuesta— contesta interrumpiendo. El señor está de acuerdo, y Alejandro ha aventajado varias cosas, yo le he estado mandando todo a su correo, cuando regrese, la pondré al corriente.

—Muchas gracias mary, hasta luego.

Alejandro me dio una copia de las llaves para que pueda entrar y salir cuando quiera, llego a su casa, abro la puerta y entro. Deduzco que no hay nadie por que esta todo en silencio, paso a la cocina y tomo un vaso de agua, cuando escucho la puerta principal abrirse.

—¡Hey!, ya estás aquí, ¿como te fue? — camina hasta mi y me saluda con un beso en la mejilla

—Bien, todo muy bien — miento fingiendo una sonrisa y devolviendo el saludo. —¿Podrías prestarme tu laptop? Quiero ponerme al tantocon todo de la empresa.

—Claro, si quieres puedo ayudarte. Asiento y sube las escaleras de dos en dos.

Baja con la laptop y una carpeta. Nos sentamos en la mesita de la sala y me explica lo que han estado haciendo mientras estoy ausente, terminamos y me propone ver una película, acepto y recojo todo mientras el va por palomitas.

Tiramos una cobija a los pies del sillón, junto con cojines y nos sentamos ahí, a media película, hay una escena de sexo y me renuevo incómoda, mientras el tose como si se hubiese atragantado con las palomitas. No sé si me resulta incómodo por que estamos solos o por lo que pasó con Ariel. Gracias al cielo la escena no duró mucho y todo vuelve a la normalidad, aunque en el aire hay un poco de tensión.

No era muy buena viendo películas, me gustaban, pero siempre terminaba dormida y esta no era la excepción.

Al día siguiente desperté en la cama, probablemente Alejandro me cargó hasta acá, me levanto y me adentró en el baño para asearme, cuando salgo ya estando arreglada, miro mi celular y tengo llamadas y mensajes perdidos del número de Ariel y el de sus papás, maldita costumbre la mía de tenerlo en silencio.

No abro los mensajes y marcó directamente al celular de Ariel para saber que paso, pero me manda al buzón, el corazón me empieza a latir a mil, marco al de su mamá y después del tercer timbrido me contesta y el alma me queda en un hilo cuando escucho su voz quebrada

—Irina...

—Señora, ¿que pasa? — pregunto con miedo de obtener la respuesta

—¿Puedes venir al hospital central?

No, no, que no sea lo que estoy pensando

—Ariel... Ariel está aquí internado

—¿Qué? Voy para allá.

Mierda, si lo hizo, me lo juro y cumplió.

Llamo un taxi, bajo corriendo las escaleras y Alejandro desde el comedor me grita que que pasa, no respondo y sigo mi camino.

Cuando llega el taxi subo y le indico al chófer hacía donde quiero ir, las manos me tiemblan y comienzo a hiperventilar, no me dijo el por que está en el hospital, pero estoy segura de que intento hacer lo que me juro. Luego de varios minutos llegamos, le pagó al chófer y entro al hospital. Estoy preguntando a una enfermera dónde está y como se encuentra cuando veo a su mamá de lejos, le agradezco y me acerco.

—Elena— le llamo

—Mija, que bueno que viniste.

—¿Como está?, ¿que pasó?

—A la madrugada nos llamó el portero, había subido un paquete que le llegó y lo encontró en el baño, sangrando, inconsciente, dijo que su pulso era débil, mientras llegábamos le llamó a una ambulancia y... —suerve la nariz y continua. —Cuando llegamos aquí luego luego lo metieron, me dijeron que esperara aquí, pero ya no me han dicho nada más.

Ni siquiera sé que decirle, quiero hablar y  decirle que va estar bien, pero  no puedo, las manos me siguen temblando y sé que si hablo empezaré a llorar, sólo quiero que él esté bien.

No más ✔ [sin editar]Where stories live. Discover now