capítulo 23

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Jamás imaginé que Ariel tendría que ser internado, pensé que con medicamento estaría mejor, pero me di cuenta que su trastorno no es tan fácil y llevadero como uno piensa.

Después de salir del consultorio me quedé en el carro procesando toda la información, el psiquiatra me había dicho que la hospitalización era recomendada en casos graves, como cuando tienen comportamientos peligrosos, se desconectan de la realidad o intentos de suicidios que es el caso de Ariel.

Cuando estoy de camino al departamento, me suena el celular, detengo el coche y contesto. Es Elena preguntándome si llegaré antes de que llegue Ariel, le confirmo y vuelvo a encender el carro.

Cuando llegó, saludó al portero y subo hasta mi piso, cuando abro la puerta me encontró a Elena decorando la sala con varios globos de color azul, no creo que le guste a él, pero me parece tierno que quiera que se sienta bien, sale para ir a recogerlo y 15 minutos después ambos entran por la puerta.

Me acerco a ellos y lo tomo del brazo

-Puedo solo, ¿ok?- dice y me alejo, temo que se ponga irritable. Cuando estoy por pasar a la cocina habla una vez más. -Es broma, ayúdame porfavor. Le sonrió y lo llevó hasta el cuarto.

Se que puede hacerlo sólo, pero quiero que se sienta bien, después de acostarlo, me decido a salir, pero me toma de la muñeca.

-¿No vas a dormir aquí?- pregunta

-Creo que es mejor que duermas sólo, así tienes toda la cama para ti, las camas de los hospitales no son muy cómodas- le digo dándole una sonrisa de boca cerrada y salgo.

Desde que salí del psiquiatra no he dejado de pensar en Ariel y la hospitalización, acaba de salir para volver a meterlo en otro.

Por otra parte le he estado dando muchas vueltas al asunto y lo mejor es divorciarnos, siento que si solo no separamos, después volveremos a lo mismo.

Estando en la sala, llego Elena con un par de bolsas y me levanto a ayudarle. Mientras metemos todo al refri me decido a hablarme sobre aquello

-Elena...- la llamo y levanta su mirada alentandome a seguir. Me aclaro la garganta y prosigo. -Fui con un psiquiatra y le hablé sobre el caso de Ariel, me dijo que lo mejor era hospitalizarlo, claro que antes tendría que hacer una serie de estudios pero dice que le
ayudaría demasiado y espero que no moleste, es su hijo y yo...- digo mientras limpio un plato, en ningún momento la miré

-Claro que no me molesta, al contrario, ¿sabes? El hecho de que hayas buscado una manera de ayudarlo dice mucho de ti, se que no es fácil lidiar con eso, por mi parte tienes la aceptación para poder internarlo, sólo quiero lo mejor para mi hijo.

-También, am... pienso que lo mejor, para ambos, es divorciar nos y quería decírselo primero a usted- hablo jugando con el dobladillo de mi blusa, nerviosa

-Trata de hablar con él, no será fácil, pero hazlo, si empieza a ponerse irritable sólo déjalo, por que si le sigues, será peor.

***

Me levanto temprano, me aseo y voy a la cocina, estoy en mis días y tengo cólicos así que me hago un té y aprovecho para hacer el desayuno. El doctor recomendó quitarle el celular y mantenerlo alejado de aquellas cosas con las que pudiese hacerse daño, comienzo a esconder todas las armas cortantes y punzocortantes.

Cuando estoy terminando veo a Ariel recargado en el pretil que da entrada a la cocina

-¡Hey! ¿cómo dormiste? ¿te sientes bien?

-Si, huele rico, ¿que estás haciendo? se acerca a preguntar. Lo observo y trae una camisa de manga larga y un pans, siendo que siempre solía dormir sólo con boxers.

No más ✔ [sin editar]Where stories live. Discover now