capítulo 5

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2 semanas después regresamos a Mexicali y de ahí nos fuimos a New York, nos instalamos en el hotel Holiday en Manhattan. Llegamos a eso de las 2 de la madrugada, no nos cambiamos, ni acomodamos las maletas, simplemente nos acostamos y nos quedamos dormidos a los minutos.
Al día siguiente nos cambiamos y salimos a desayunar, desayunando decidimos ir a dar un paseo a central park.

—Siempre quise venir a New York— hable contemplando el lindo paisaje que tenía frente a mis ojos.

—Y yo siempre quise venir a New York, contigo— contestó sonriendo.

—Ariel...— deje las palabras en el aire por que no estaba segura de preguntárselo, llevábamos días estando bien, no quería arruinarlo y que nos enojaramos de vuelta.

—¿Que pasó?

—Nada, sólo quería hablarte sobre algo

—¿Sobre que?

Nunca supó que su mamá me había contado lo del transtorno de bipolaridad y yo no le habría preguntado sobre eso, así que el no tenía idea de que yo sabía sobre su transtorno

—Cuando éramos novios, tu mamá me habló sobre tu bipolaridad— empecé hablando e hice una pausa mirándolo con miedo a que fuera a exaltarse — y me dijo que habías estado en tratamiento pero después lo dejaste, ¿no has pensado en volver a retomarlo?

—No tengo idea de por qué mi madre te contó eso, se suponía que no iba decírselo a nadie— hablo sin siquiera mirarme— y no, no pienso, no voy a volver con el tratamiento.
—Pero, ¿por que? Es por y para tu salud
—Mierda, Irina, ya te dije que no y no lo voy a hacer, no me gusta, no soy un enfermo— se paró y empezó a caminar.

—Ariel, espera— grité. Pero fue en vano, siguió caminando hasta que lo perdí de vista

Sabia que iba a pasar, por eso no quería decírselo, pero tiene que hacerlo, si no, seguirá así y no quiero verlo mal.
No conocía muy bien la ciudad así que como pude me fui al hotel preguntando a cada persona que veía, en estos momentos agradecía haber aprendido ingles.

Llegue, pensé que Ariel estaría ahí, pero estaba todo como lo habíamos dejado al salir.
Estuve toda la tarde acomodando la maleta, no sabíamos hasta cuándo nos quedaríamos, Ariel solo compró el boleto de ida, cuando terminé me metí a bañar, durando un buen rato para relajarme, salí y me puse la pijama, ya estaba anocheciendo y él aún no volvía.

Estaba acostada en la cama viendo la tele cuando escuché, la puerta abrirse, me asomé a ver, era Ariel tambaleándose de borracho.

—Mierda, pero mira como vienes, ¿dónde estabas?

—Eso a ti no te importa— Soltó antes de que se cayera en el pequeño sillón.

—Claro que me importa — lo ayude a levantarse y a sentarlo bien en el sillón
—Dime, ¿dónde estabas?

—En un bar, ya, ¿contenta?

—¿Por que tomaste?

—Por que lo necesitaba, por que no me siento bien, sólo quiero dejar de existir.

—Ariel, no, no digas eso— le acaricie el hombro

—Solo quiero dormir, por favor, déjame— como pudo se levantó y se fue al cuarto

No pude evitar no llorar, no quería verlo así, si, últimamente me trataba de lo peor, pero yo se que es por su enfermedad y quiero verlo bien, un rato después me quedé dormida.

No más ✔ [sin editar]Where stories live. Discover now