- ты действительно беспокоишь меня (Realmente me preocupas) – murmuró el eslavo acariciando con su diestra las pálidas mejillas del latino mientras este dormía sobre un par de cobijas, ya habían pasado aproximadamente un par de semanas desde que el de sangre azteca no había probado bocado alguno, su cuerpo ya se empezaba a notar delgado mientras que sus labios mostraban signos de deshidratación, si no hacía algo para que el mexicano comiera, lo perdería - скоро привыкнешь, увидишь (pronto te acostumbraras, ya verás) – las palabras fueron dichas en un tono de esperanza pues el ruso en verdad deseaba que el mexicano lo llegara a querer, tras depositar un casto beso en la frente ajena llamó a su lobo que yacía echado en una esquina del cobertizo, este alzó sus orejitas peludas ante el llamado y cuando corrió hacia él salieron juntos del lugar, no sin antes apagar la luz dejando el lugar en penumbras.
El sonido que produjo la puerta al cerrarse bastó para que el latino abriera los ojos y se incorporara en posición fetal. Aprovechando su soledad intentó ponerse de pie, sin embargo, tras mover una de sus manos y sentir las cadenas apresándola un sentimiento de impotencia lo inundó, se había olvidado que el eslavo lo había encadenado tras descubrirlo intentado escapar, Mex se cubrió el rostro con ambas manos y como ya era usual en él se echó a llorar, no sabía cuánto tiempo más estaría encerrado allí, ni cuánto tiempo aguantaría en esas condiciones, dirigió su mirada a una pequeña ventanilla que se encontraba en lo alto del cobertizo y rezó, rezó para que alguien viniera a su rescate, rezó para que aquella pesadilla se acabase, rezó para mantenerse con fuerzas, simplemente rezó porque aún tenía esperanzas de salir de ahí.
El aullido de Fenrir y pasos chocando con las hojas secas le avisaron qué el ruso estaba cerca por lo que rápidamente volvió a acostarse llevándose las rodillas al pecho, no quería verlo, debida aceptar que Rusia usualmente lo trataba bien, pero eso no justificaba que lo haya privado de su libertad, entreabrió los ojos cuando la luz fue encendida notando como el descendiente de la URSS caminaba hacia él con comida en mano, con algo de fastidio y facciones antipáticas se sentó de nuevo.
- Te he traído algo de cenar – avisó el recién llegado sentándose enfrente del mexicano, este último simplemente permaneció en silencio bajando la cabeza haciendo un movimiento de negación- vamos México, deberías de comer... por favor – Rusia lo tomó del mentón y llevó una cucharada de sopa a la boca del mayor quien inmediatamente se la escupió en la cara mirándolo con odio... grave error.
Rusia cerró los ojos con una calma peligrosa entreabriendo un poco los labios y con la mandíbula tensa se limpió la comida del rostro, solo bastaron un par de segundos para que un golpe seco se impactará contra la mejilla del latino haciéndolo caer, "ah" gimió de dolor mientras se llevaba una mano al lugar que había sido impactado.
- ¿Qué te he dicho sobre faltarme al respetó? – masculló bastante enojando tomando al contrario de la camisa – ¡RESPONDEME!
México fijó su mirada con la contraria y con la voz entrecortada murmuró un "lo lamento", Rusia al instante lo soltó y sin siquiera decir una sola palabra se marchó de nuevo del lugar bastante ¿Triste?, el mexicano no pudo descifrar la expresión del ruso, solo podía decir que jamás en el tiempo que había estado en ese lugar lo había visto de esa forma, sintió como inmediatamente sus mejillas se humedecían y la soledad lo abrazaba.
Ya habían pasado siete meses... aproximadamente 212 días en los que el mexicano había decidido dejar de luchar en contra del menor; se mostraba menos agresivo y hasta ese momento ya comía lo suficiente para no preocupar al comunista, habían días en los que intercambiaba más palabras con el ruso, sabía que tenía que ganarse su confianza para poder escapar y eso no le estaba costando, inclusive Fenrir que se mostraba renuente a ser amable con él había comenzado a recostarse a su lado y dejar que este le acaricie de vez en cuando.
