CELOS

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El aura que rodeaba al mexicano mientras esperaba a que Rusia llegara, era por decirse sumamente amenazadora y preocupante, no era necesario mencionar que las intenciones del muchacho no eran correr a sus brazos a penas llegase, claro que no, después de ver la trasmisión en vivo de su reunión con el gringo y notar como este último se le insinuaba descaradamente no hizo más que enojarlo a tal grado de querer asesinarlo en ese preciso instante, ni que decir si a este hecho se le sumaba que el eslavo había ignorado todas las llamadas que le realizó, estaba claro que México experimentaba toda clase de emociones y ninguna de estas era buena. Miró consecutivamente su reloj mientras movía ansiosamente las piernas bufando de fastidio cada vez que notaba el retraso, ¿por qué se tardaba tanto? ¿acaso la pinche junta se había retrasado unas ocho horas más? ...el sonido de la puerta abrirse lo sacó de sus pensamientos y como si de un felino amenazando a su presa se tratase se cruzó de brazos apretando la mandíbula, vaya tensión se sintió cuando su mirada se conectó con la del ruso pues tras dicha acción todo pareció pausarse.

- ¿Creo que no es necesario mencionarte como me siento cierto? – recriminó mientras rodeaba a su pareja sintiéndose aún más ofendido al notar como el ruso actuaba sorprendido "como si no supieras, cabrón" pensó– Hey Rusia, ¿acaso te divertiste tanto que la gorda capitalista te comió la lengua?

- México por favor, no digas tonterías

- ¿Tonterías?, ¡¡¿TONTERÍAS?!!, JA... escúchame, ¿Por qué madres no contestaste mis llamadas? ¿Mmm?, ¿Por qué ni siquiera te dignaste a devolvérmelas?, ¡¡contestameeee!!

- Amor escucha déjame expli....

- Rusia por favor... ¿Qué me vas a explicar? ¿Aaaa? – interrumpió haciendo ademanes de rabia, su voz comenzaba a quebrarse por semejante impotencia, no soportaba el hecho de pensar que otra persona haya estado con el hombre que amaba – que yo no soy suficiente para ti, que preferiste escaparte por unas cuantas horas para estar con alguien más, alguien que sea capaz de darte lo que yo no, alguien que...

- ¿acaso te estas escuchando? – El menor intento tocarlo, pero el latino se alejó sin más dirigiéndose a la salida, Rusia sabía que tenía cierta culpa, mucha, a decir verdad, pero esto tenía una explicación – Mex ¿Dónde vas?... ¡¡МЕКСИКА!!

- Voy a despejar mi mente, simplemente quiero olvidarme, aunque solo un momento de todo, pero sobre todo de ti – sin más por decir cerró la puerta tras él y se marchó del lugar dejando al eslavo totalmente sorprendido y herido por las últimas palabras.

Mientras se dirigía a la salida, limpiaba cualquier rastro de lágrimas de su rostro, sus pasos eran seguros, su semblante tenía clase y elegancia, estaba claro que México era sumamente apuesto, aquella camisa blanca combinaba a la perfección con aquellos jeans negros que resaltaban su silueta digna de un ángel; cintura perfectamente marcada, finas facciones que volverían loco a cualquiera, su sonrisa tan carismática que podía ser tan tierna y tan salvaje a la vez provocaba suspiros en miles de hombres y mujeres, ni que decir de aquel perfecto trasero con el que contaba y aquellos bellísimos ojos, verdaderamente perfecto en todos los sentidos.

Ni siquiera tenía planeado salir, sin embargo, necesitaba desquitar todo lo que sentía, esa noche era de él, tomaría el control como dé lugar, demostraría que tenía el poder de tener a cualquiera a sus pies y que era lo suficientemente bueno e inclusive más de lo que se creía el americano ese. Caminó un par de calles hasta llegar a su destino y con una sonrisa sumamente seductora se dio paso entre la multitud entrando a aquel bar robando miles de suspiros y miradas que parecían querer comérselo vivo.

El mexicano se encontraba bebiendo como si no hubiera un mañana, con un shot de tequila en la mano y un cigarrillo en la otra dirigió su mirada a cierto country bicolor que lo miraba con deseo desde que había llegado a dicho lugar, así que simplemente le sonrió seductoramente y segundos después Canadá ya se encontraba caminando hacia él como si de un tigre hambriento se tratase, para no ser descortés decidió ponerse de pie, sin embargo, tanto alcohol le estaba tomando factura, sus pies parecieron fallar pero dicho country lo recibió tomándolo de la cintura, quedando él con los brazos flexionados contra el pecho ajeno.

- Vaya, tienes buenos reflejos maple– felicitó seductoramente el latino, quien a pesar de sentirse un tanto culpable por hacerle esto a Rusia cuando recordaba lo sucedido con el hermano de quien tenía enfrente los celos parecían tomar el control de sus acciones, sin siquiera pensarlo subió sus brazos rodeando el cuello del más alto y no perdió la oportunidad de recitarle un piropo– ya quisiera ser labello para humectar tus ricos labios mi cielo

- ¿y por qué no lo haces Mex?... Ya te he dicho que eres jodidamente ardiente ¿verdad? – susurró el de emblema de maple cerca del oído del mexicano ganándose una sonrisa picara y una risita que rosaba lo provocativo- ¿te gustaría bailar?

- ¿Por qué no?

Dicho esto, los dos comenzaron a moverse sumergiéndose en el calor del momento, la música fluía entre sus cuerpos que se encontraban peligrosamente cerca, el de habla inglesa tomaba fuertemente las caderas del hispano mientras que este se movía ardientemente al compás de la canción, para el bicolor ese, México era un dios de la seducción, se sentía hechizado por sus sexis movimientos, por su sonrisa jodidamente seductora y su ardiente mirada, en un brusco movimiento atrajo al más bajo lo más cerca posible, sus frentes yacían juntas , el hispano pensó en Rusia por un momento, pero, ¿si el ruso podía, por qué él no?, observó como Canadá miraba sus labios cual hambriento observando un apetitoso manjar "espero no arrepentirme de esto luego, luego pues" pensó y así sin más lo tomó del cuello y lo besó, sus finos dedos ejercían presión en las mejillas ajenas mientras movía las caderas para provocar más al hombre en su dominio, vaya que Canadá se sentía en el paraíso en esos momentos, pero aquella diversión no duraría mucho, porque cierto euroasiático observaba desde la lejanía como el maldito hermano de USA se comía a su novio y claramente ese chico no iba salir con vida de aquel lugar, porque de lo que estaba seguro el ruso, es que nadie, absolutamente nadie tocaría lo que le pertenece.

RUSMEX (ONE - SHOTS)Where stories live. Discover now