UNA VEZ EN INVIERNO

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Era una noche de invierno cuando todo sucedió, Rusia, primogénito de uno de los Countries mas respetados y temidos, caminaba por las hermosas calles de San Petersburgo junto a su pareja; joven sumamente apuesto que al contrario de muchos rusos contaba con un color de ojos muy particular y único que según Rusia se asemejaban al color del más fino ámbar, todo iba bien, hasta que una simple caricia desato la tragedia.

sus pasos eran apresurados demostrando la rabia que sentía en su alma ; el miedo aún estaba ahí, los gritos, las sirenas y las duras palabras de los oficiales seguían repitiéndose una y otra vez en su cabeza, estaba harto de todo, pero en especial de la sociedad, aquella que solo criticaba, aquella que no se detenía a pensar el daño que podía llegar a causar sus acciones y comentarios llenos de odio e ignorancia, simplemente te destruían sin clemencia alguna, su respiración se aceleraba con cada paso que éste daba, el dolor que sentía en el corazón no podría ser comparado con cualquier otro, éste era punzante, sofocante, quemaba como el mismísimo infierno. Con la vista nublada por las lágrimas y los pies ya cansados de tanto correr Rusia decidió apoyarse en un poste que se encontraba cerca, el frió le calaba los huesos haciéndolo temblar, sin embargo, aquello ya no importaba, estaba vacío por dentro, roto, la vida tan injusta como siempre le había arrebatado lo único que amaba, lo único verdadero, lo único que no traía consigo mentiras, interés y todo aquello que odiaba, su amado Mex era diferente, tan transparente y lleno de amor.

Se sentía estúpido, un completo cobarde incapaz de luchar por lo que amaba, jamás se iba a perdonar haber permitido que aquellos monstruos lastimasen a su amado México, un lacerante sollozo escapó de sus labios tras recordar el miedo y el dolor reflejados en los ojos de su amante, en recordar como éste pedía a gritos su ayuda y él segado por el miedo simplemente permaneció de pie mirando como aquellos homofóbicos golpeaban sin pudor alguno a su ser amado, "soy un imbécil" musitó entre dientes para después recordar lo lindo que era él; niño de semblante indefenso y ojitos aterciopelados, tan dulce y agrio a la vez, su tierna mirada era capaz de cautivar el corazón más gélido en existencia, dueño de divida sonrisa digna de la inocencia pura; aquella que emanaba de aquel sutil sonrojo de tono carmesí perteneciente a sus mejillas tersas que nunca más iba a poder acariciar, si tan solo pudiera regresar el tiempo y no haber realizado aquel gesto de amor, todo estaría bien, pero aquello era imposible pues como alguien alguna vez dijo, el hubiera no existe; lo hecho, hecho esta y cada acción realizada por el ser humano quedaría gravada para siempre.

El viento gélido cada vez se hacía más fuerte, esta vez siendo acompañado de finos copos de blanca y majestuosa nieve que caía sobre la abrigada gabardina del joven heredero; otorgándole algunas manchas de humedad tras derretirse en aquella tela fina, tal vez era un cruel espejismo ocasionado por el dolor o quizá se había vuelto loco, pero ahí de pie justo enfrente de él se encontraba su amado, sin siquiera pensarlo corrió hacia él y cuando estuvo cerca acunó el rostro del ojiambar con su diestra para después rodear su pequeña cintura entre sus brazos ; no había palabras para explicar lo que estaba sintiendo, todo era tan real que le era casi imposible darse cuenta de que todo era una simple ilusión causada por el frio y el dolor que experimentaba, "ты здесь (estas aquí)" susurró para sus adentros observando como aquel ojiambar lo miraba con tanto amor, México 'estaba ahí, sin embargo, aquel momento no se sentía como un reencuentro si no más bien como una tortuosa y cruel despedida, lo amaba y no había duda, sin embargo, debía dejarlo ir, dejar que aquel pequeño ángel extienda sus alas y descanse en paz, pero eso era sumamente difícil, no tenia el valor suficiente para hacerlo, lentamente juntó su frente con su amado mientras sentía como las saladas y traicioneras lágrimas se deslizaban sobre sus mejillas, "Я люблю тебя, моя любовь, я люблю тебя так сильно (te amo mi amor, te amo tanto)" soltó en un lamento besando suavemente a su amante; la sensación era exquisita, fascinante y llena de magia y dulzura, no podía evitar sentirse roto, sin pensarlo dos veces tomó fuertemente a su amado mexicano de las caderas atrayéndolo lo más que se pueda a su cuerpo, no quería perderlo, se negaba rotundamente a no tenerlo de nuevo, aquel beso era dulce e intenso demostrándole de este modo la falta que le haría, el dolor que provocaba era tan fuerte que no pudo evitar soltar un pequeño sollozo mientras el ojiambar se alejaba de sus brazos, "Я обещаю искать тебя (prometo buscarte)" susurró ahogado en llanto siendo aquella la última frase que le dedicó mientras lo miraba con todo el amor que sentía observando como aquel ángel de finos ojos ámbar y piel tersa se convertía en nada más que un simple recuerdo desvaneciéndose entre la nieve.

Sin duda alguna aquella fue la última vez que el hijo del country soviético vio a su ser amado y la última en sentirse vivo pues perdió todo una vez en invierno.

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He aquí otro one-shot, espero y les guste ❤️ (gracias por todo el apoyo que me dan)... Los quiero💞

RUSMEX (ONE - SHOTS)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum