*estoy teniendo ciertas inseguridades al escribir... Espero y les guste*
"Los monstruos son reales, los fantasmas ron reales también,
viven dentro de nosotros y a veces, ellos ganan"
- Stephen King
(...)
El dolor siempre está ahí, acompañándote cada momento de tu vida, en algunas personas casi no se percibe, pero en otras es todo lo contrario, no hay nada más aberrante que levantarte cada mañana pensando en lo que será de ti, ¿Cómo tu mente jugará ese día?, a veces resultaba ridículo pensar que esa era su vida; llena de detestables alucinaciones, cambios drásticos de emociones, terror, pánico, tristeza, un sin fin de emociones que juntas crean una euforia verdaderamente asfixiante, un frenesí agobiante...¿Cómo paso esto?, ¿en qué momento el destino le jugó una mala pasada?, su vida anterior estaba llena de felicidad; familia unida, un padre amoroso y comprensivo sumamente orgulloso de los logros de su primogénito, era sorprendente que en un parpadeo todo pueda cambiar tan drásticamente, una simple falla en el cerebro y todo pareció fracturarse, el rechazo trajo consigo infinitas inseguridades en México, "si la persona que te implementó valores, te consideraba su mayor tesoro, es la primera en darte la espalda ¿Cómo rayos iba a confiar en los demás?", nada es para siempre. Muchas personas se asustan cuando una enfermedad de tal magnitud se les presenta, llegan inclusive a pensar que es obra del demonio, que la persona está en una especie de posesión demoníaca o que es un acto de brujería, pero están mal, esto es real, el verdadero enemigo está en ti literalmente; tu mente, capaz de hacer realidad tus peores miedos, conoce a la perfección tus debilidades y puede jugar contigo hasta llegar a tus límites, hasta rogar por piedad, hasta ya no poder más...
México se recargó en la gélida pared de su habitación mientras se abrazaba a sí mismo, sobrellevar esta enfermedad le estaba costando muchísimo y poco a poco perdía las esperanzas de mejorar.
" El verdadero enemigo claramente no soy yo México"
Le escuchó susurrar a sus espaldas, esa voz tan monstruosa. un escalofrío recorrió su cuerpo, sin embargo, no se inmutó, simplemente apretó los puños, ya no más cobardía, él no era un cobarde, eso estaba más que claro, inhaló con fuerza y totalmente seguro encaró a aquel perturbador ente proveniente de su ya dañada mente.
"Hoy no estas lloriqueando y temblado al verme ¿por qué tanta valentía?... oh, ya veo, ¿por fin te has dado cuenta que el único monstruo aquí eres tú"
Aquel monstruo pronunció aquellas palabras mostrando una sonrisa repugnantemente aterradora, sus ojos totalmente negros miraban fijamente al menor y su encorvada y huesuda apariencia no hacían más que aterrarlo.
- Estas equivocado, yo no soy un monstruo - pronunció cabizbajo; ya no soportaba seguir observando la piel sangrienta de su acosador... el ente levantó una ceja y prosiguió a soltar una sonora carcajada
"¿Acaso no te has visto?, tú esencia se ha ido querido amigo, y tu enemigo me temo que es alguien muy cercano a ti literalmente - rió - si no me crees míralo tú mismo"
Como si de un torbellino se tratase todo le dio vueltas y cuando su mente retornó a la supuesta realidad se encontraba de frente a un espejo, no podía creer lo que veía; de su antiguo yo ya no quedaba nada, su carismática sonrisa había sido remplazada por una mueca triste y el brillo de sus ojos se habían opacado sobre las grandes ojeras que presentaba, su cuerpo, hay dios mío parecía un cadáver, al contrario de sus primeras impresiones, esta vez no tuvo miedo, por inercia deslizó su diestra hacia su reflejo y con las yemas de sus dedos tanteo delicadamente su silueta, aquel espejismo sonrió; su mirada podía describirse como inquietante, México dio un par de pasos atrás, "el enemigo soy yo" articuló
