Annette Blanchett de todos los hombres que existen en el mundo tuvo que enamorarse de él, de todas las personas que jamás se imagino lo eligió a él y esa es su mayor condena.
"No importa que o cuanto pase, siempre será él"
Annette Blanchett es herm...
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Annette Blanchett amaba con todo su ser Small Heath, Birmingham, aquel lugar era la razón por estar en una buena familia y hogar, tenía un buen empleo donde le pagaban bien y tenía confianza con las personas que vivían con ella. Annette Blanchett era la una mujer rubia muy hermosa y para su desgracia era su castigo más acertado donde podía tener todo lo que ella en verdad quisiera pero sin ningún significado, La mayor parte de su vida se lamentó desde el día que su familia Blanchett la abandonó en Birmingham por dar a luz a un niña más hermosa, desde ese momento creció sola pero agradeció conocer algunos de los Shelby.
Arthur Shelby y Annette Blanchett se conocían extrañamente por el pub donde en ese instante ella trabajaba algunos turnos, ambos recordaban el desastrozo momento donde Annette cuido de él por su estado y él conoció el hogar de aquella hermosa mujer, su amistad fue duradera tanto que tuvo la fortuna de conocer a Polly Gray.
Annette cuando firmó el contrato de trabajo leyó todo, incluyendo la letra pequeña donde especificaba que Annette Blanchett era de la propiedad de los Peaky Blinders y no podía casarse, no le molestó y por supuesto que sabía la razón de las palabras, algo que sólo Polly Gray y ella sabían. En sus tardes ayudaba a los Shelby con cuidar a Finn Shelby, aquel niño que lograba sacar a su ángel interior y aquella sonrisa que enamora a cualquier hombre, Para todo Birmingham la mujer rubia Francesa era propiedad de Thomas Shelby.
La inteligencia no lo es todo, la belleza para Annette si, La francesa sobrevivió con la belleza y muchas veces lo usaba a su favor ante cualquier hombre.
Annette como siempre entró por aquella puerta quitando su abrigo y dejándolo en una silla para caminar a Finn Shelby, como la mayor parte del día beso su frente causando la sonrisa del más pequeño.
- Llegas tarde- Finn Shelby amaba a Annette como ya más de su familia, era la hermana mayor que siempre quiso y por decir ella siempre lo ponía sobre todas las cosas en su vida, la mujer sonrió.
- Esperemos que Arthur no se enoje- con un tono divertido se despidió del niño abriendo la puerta del lugar donde realizaban y contaban las apuestas, aquella habitación que le quitaba la mayor parte de su vida, sin esperar mucho saludo a todos de diferente manera y tomo su asiento correspondiente tomo cada hoja donde le pasaban con aquel número distinto, con la mejor concentración inicio a trabajar escuchando tantas voces en la sala pero estando ella en su propio mundo.
Thomas dejo su cigarrillo mirando aquella mujer rubia tan hermosa como todos los días y camino a donde ella se encontraba trabajando, era bastante temprano y no todos estaban en el lugar, Thomas observó como su hermano Arthur no está y lo vio como una oportunidad para hablar con Annette sobre un asunto que llevaban hablando desde hace unos días ambos.
