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❶❸ "ᴺᵒ ˡᵒ ˢᵒᵖᵒʳᵗᵃʳᶦ́ᵃˢ"

- Oye Sasuke - dije entrando en su habitación con mucho estilo

- ¿Tú otra vez?

- Sé que me extrañaste - solo rodó los ojos

- ¿Qué quieres ahora Naruto? - siguió en su teléfono, así que se lo quité y me eché encima suyo

- Verás... Ayer, antes de irme a dormir, me salió una publicidad en Instagram

- ¿Y?

- Quise ignorarla, pero mira esto - le mostré la captura

- Oh no, no no no, no - me empujó hacia un lado mientras se iba a su escritorio

- ¿Por qué no? - hice un berrinche

- No lo soportarías

- Pero Saaaaasukeeee - rodaba en la cama

- Dije que no

- Entonces buscaré a alguien más - dije ofendido y a punto de irme

- Y que tenga experiencia - dijo entre murmullos

- ¿Necesitas experiencia para eso? - le dije confundido

- ¿Qué creías? Que solo necesitas que te coloquen una venda, te torturan con juguetes, ¿y ya? - me miró molesto

- Hem... Sí

- Es que eres imbécil - murmuró y luego suspiró - bien...¿estás seguro de que quieres hacerlo?

- 100% - dije seguro

- Mis padres viajarán el viernes, nadie molestará

- ¡Gracias! - le abracé por el cuello muy feliz de que acepte realizar mi fantasía

Me fui a mi casa con esa misma alegría de antes, y con ansias de que el viernes llegara.

Pero había estado investigando, y él tenía razón, no era tan simple como yo pensaba. Le escribía diciendo que ya no estaba tan seguro, mas el maldito ni leía mis mensajes.

Llegó el viernes, con temor tomo la llave de emergencia que hay debajo del tapete. Trago saliva con mucho pesar e ingreso lentamente.

Estaba oscuro, pronuncio su nombre varias veces pero no había respuesta, sinceramente me están temblando las piernas.

Escucho la puerta cerrarse tras de mí, a lo que giré asustado, iba a subir las escaleras que llevan a su habitación, pero de inmediato sentí cómo me colocaban un pañuelo en la boca, con mucha fuerza, para luego caer en un profundo sueño.

Desperté, seguía oscuro, y se me dificultaba abrir los ojos, los tenía vendados, quise mover mis manos, pero estaban atadas, al igual que mis pies.

Levanté un poco mi cabeza, y fui tirado por una cadena, solté un quejido, que no se escuchó bien, ya que estaba amordazado.

Moví un poco mi torso, pero me excité al sentir la cuerda presionando mi piel.

Luego de esos simples movimientos, sentí cómo comenzaron a vibrar ciertas partes de mi cuerpo.

Uno en mi miembro, y dos en mi parte trasera, me sentía bastante excitado, quería tocarme o que álguien lo hiciera, tenía la necesidad de correrme, la velocidad de las vibraciones aumentaban, y cuando llegaba el momento, descendían, eran cambios bruscos que me estaban volviendo loco, y tanto fue la tortura, que lágrimas salían de mis ojos, y la saliba chorreaba por mi boca.

En un momento se detuvo la vibración, pero yo ya estaba muy excitado, creí que todo iba a terminar ahí, hasta que sentí un fuerte dolor en la espalda que por alguna razón me puso aún más duro de lo que me encontraba.