❸❺ᴬᵐⁱᵍᵃ ᵈᵃᵗᵉ ᶜᵘᵉⁿᵗᵃ

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- // Y es por esas razones que te digo, el teme anda raro

- // Naruto...

- // ¿Sí Shika?

- // ¡SON LAS TRES DE LA MADRUGADA, VETE A DORMIR! - me colgó

Faltan solo cinco días para mi cumpleaños, y unos tres más para irme de viaje con el teme. Hace unos minutos repasando lo de los últimos días, me he dado cuenta que él ha estado actuando de manera muy rara conmigo, estaba acostumbrado a que me apartara y me negara todo. Ahora, si le digo que haga algo, lo hace. ¡Ese no es el Sasuke que conozco!

Miro mi teléfono, ya que mi supuesto mejor amigo no quiere ayudarme a descubrir por qué el teme anda raro, debo llamar a la única persona que me queda, no responde.

Salgo de mi habitación con sigilo, bajo las escaleras, estoy dispuesto a salir por la puerta trasera, para eso debo cruzar la cocina.

- ¿Papá? - susurré al verlo tomar un pote de helado de la nevera

- Shh...Tú no has visto nada...- se agachó y cerró la nevera, luego en cuclillas comenzó a caminar hasta el cajón de las cucharas

Estaba por irme, si yo no he visto nada, él tampoco.

- ¿A dónde crees que vas? - me dio un paro. Mi madre encendió la luz

- Yo...¡Papá se está robando el helado! - le señalé antes de que se escapara

- ¡Minato! - le regañó

- ¡Naruto! - me miró triste - ¡¿Por qué traicionas a tu padre?! - se hizo el dolido

- ¡Ustedes dos, a su habitación!

- ¡Sí mamá! / ¡Sí amor! - respondimos al mismo tiempo

Genial. Ahora debo esperar a la tarde para poder contactarme con él, y yo que quería pillarlo en medio del acto. Si saben a lo que me refiero.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

- ¡Oi! ¡Por aquí! - le llamé desde mi asiento

- ¿Y bien?¿Qué es eso tan importante?

- Primero que nada, buenas tardes Dei

- Sí sí, ya cuenta el chisme

Bueno, luego de pedirnos un café con algunas donas; comencé poniéndole al corriente sobre la relación que mantengo con su cuñado, y cómo en los últimos días su actitud amarga y seca, sigue siendo la misma pero con un toque de dulzura en algunos aspectos.

- Y eso...

Él solo me miró con una ceja alzada.

- ¿Qué?

Estalló en carcajadas.

- ¿De verdad no lo sabes? - siguió riendo, yo negué - No jodas, ¿de verdad? - continuó con esas risas que me están causando dolor de cabeza

- ¡Ay como chingas!¡¿Qué es tan gracioso?! - se detuvo un momento, me miró y siguió riendo

- Ya...ya...- se agarró el abdomen y trató de calmarse, aún así siguió riéndose

- ¡Deidara!

- Bien, bien...- tomó aire y se tranquilizó - ¿En serio no sabes?

- Que no...¿Tú sabes?

- Hum...No sé...bueno sí sé pero no te wa decir - comenzó a reír

- Tch, no debí contarte nada - dije molesto mientras me comía una dona

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