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❹❷"¿ᴱⁿᵗᵒⁿᶜᵉˢ‧‧‧ˢⁱ́?"

No hubo respuesta.

Los segundos se hicieron minutos, el silencio inundó todo el departamento, siento como si hubiesen pasado...no sé...¿semanas?

Harto de la espera, tomé el anillo y lancé la cajita por los aires. Me puse en pie y tomé su mano; él seguía inmóvil así que fue fácil poder colocarle la joya en su dedo anular. 

Sol y luna se complementaron cuando entrelacé nuestros dedos.

Sonreí con satisfacción.

- Genial...- suspiré

- ¿Genial? - retiró su mano de manera brusca - ¿Te parece genial jugar así conmigo?

- ¿Ah?

- ¿Te parece...que esto es un juego? ¡POR QUE NO LO ES, NARUTO! 

- Oye...yo

- ¿Por qué?...¡¿POR QUÉ ME HACES ESTO?! - me tomó del cuello

- Sa-Sasuke...no...respiro - traté de zafarme de su agarre

- Tú...te metes en mi vida...me haces caer en la tentación...y a pesar de todo mi esfuerzo por quitarte de mi mente...¡Simplemente es inútil!

- Sa...- me quedé sin habla, fue cuando me soltó y pude desesperadamente respirar para reponer el aliento

- Lo lamento...- escuché que murmuró

Me dio la espalda y caminó hacia la habitación. Yo no entendía, ¿qué hice ahora?...y...¿qué hago para remediarlo?

- ¿Qué es lo que te molesta tanto? - pregunté

- Tú, tú eres lo que molesta...- respondió con la voz temblorosa

- Puedes desquitarte conmigo...- le dije, luego de que me quitara todo lo que traía puesto

Estoy temblando, ya he estado varias veces desnudo ante él, pero ahora...me siento nervioso, las piernas me tiemblan; su ceño fruncido me intimida, y su silencio no me tranquiliza.

Se acercó lentamente a mí, el tacto de sus manos sobre mis hombros erizó mi piel.

Levanté la mirada, seguía molesto. 

Tengo miedo, pero...este será mi castigo.

Sus labios se posaron sobre los míos de una manera suave que me puso ansioso, correspondí; sus manos se deslizaron por mi espalda desnuda y me estremecí. Pero todo lo dulce se desvaneció.

Una mordida a mi labio inferior me hizo jadear del dolor, sentí mis ojos lagrimear; deslizó su lengua sobre aquel hilo de sangre que recorrió por mi mentón. Su agarre se volvió más fuerte, podía imaginar las marcas rojas que dejaron sus dedos cuando apretó con fuerza mis nalgas.

Me acorraló contra la puerta; lentamente se acercó a mi rostro, su aliento comenzó a nublar mi mente, mi corazón latía con fuerza. 

Quiero llorar, y no sé por qué.

El beso era salvaje, desesperado, húmedo; su lengua rozando con la mía, me derritió por completo. Tomó mis piernas y las levantó, se frotaba sobre mi trasero, me hacía desearlo, me estaba torturando. Caí sobre la cama luego de que me empujara hacia esta, me dio vuelta y levantó mi trasero; me aferré a las sábanas.

Grité al sentir la palma de su mano impactar con fuerza sobre mi nalga derecha, me cubrió la boca con su otra mano y siguió castigándome, el hormigueo recorrió por todo mi cuerpo; esa sensación de dolor y placer mezclados, era algo que no había sentido desde hace años.

- Se está poniendo de un color muy bonito aquí atrás - susurró con burla. Retiró su mano de mi boca, tomó mi mentón y me obligó a mirarle

- Te ves más animado...- sonreí a medias