Han pasado algunos días desde el cumpleaños del cacatúa.
Y a mí solo me quedó completar mis días de castigo, encerrado en mi habitación, solo solín solito.
Pero bueno, la vida continúa.
Está todo oscuro, hace unos minutos estaba cómodo entre las sábanas de mi cama, pero un ruido sospechoso viniendo de la cocina me obligó a levantarme y tomar el palo de escoba que reposaba en el marco de la puerta.
Me acerqué con sigilo, y enciendo la luz.
- ¡Joder Naruto!
- ¡¿Sasuke?! ¡¿Pero qué coño haces en mi cocina a las tres putas de la madrugada?!
- Perdí las llaves de mi casa - abrió mi nevera y comenzó a inspeccionar la comida que obviamente no tengo - Y mi billetera se fue a tomar por culo - caminó hasta los estantes - ¿Por qué no hay comida decente en esta casa?
- Vete de mi casa por favor
- Nop
- Por tu aliento apestoso, tu ropa toda desacomodada y tu forma de comportarte, diría que andas pedo
- ¿Y qué si lo estoy?
- No nada, me sorprende que no te hayas ido con alguna persona de esa fiesta
- Sí bueno, estoy cansado, buenas noches
Me dio un beso en los labios y se fue sin más directo a mi habitación. Yo le seguí mientras rogaba a quien sea que esté allá arriba que mi madre no se levante o me saca la mierda por andar despierto a estas horas.
Antes de que se acueste en mi cama, se le da por vomitar, manchando su ropa y mi piso, así que no me quedó de otra que trapear y poner su ropa en el lavadero y dejarla remojar.
- Joder... - estaba completamente desnudo tendido en mi cama, créanme que estoy tentado a violarlo
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- Bueno, me bloqueó
Me recosté a un lado suyo, siempre soy yo quien se duerme primero, así que nunca me había detenido a verlo cuando estaba así de tranquilo y callado.
No sé en que momento me dormí, pero me levanté antes que él, así que me dije a mí mismo de ir a preparar algo para desayunar, ya que siempre era él quien cocinaba.
- Buenos días ma - saludé entrando en la cocina
A pesar de ser sábado, mamá tenía que ir a la oficina y papá a la cafetería de la que es gerente; siempre me los encuentro tomando café y comiendo alguna tostada.
- Buenos días cielo, ¿te preparo algo?
- No gracias, se ve que tienen prisa
- Pero siempre tendremos algo de tiempo para ti hijo - mi padre me acarició el cabello mientras se iba por sus llaves
