7. tu vete haciendo la cena que ahora vuelvo

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- ¿Pero vas a ir ahora? Te va a llover a medio camino - le dijo el canario mientras Mimi se ponía una sudadera sobre el top.

- Que no, si está al lado y además ya no va a llover más. Tu vete haciendo las fajitas y cuando vuelva cenamos - le sonrió a Lola acercándose para cogerla entre sus brazos para salir de la casa - que si no la ven se van a preocupar, ahora te veo - se despidió del canario sonriendole forzosamente al verlo medio enfadado.

Salió al sendero con Lola en brazos pero cuando la cabra se intentó soltar la dejó en el suelo viendo como en realidad era muy obediente y caminaba a su lado, aunque jugando y parándose con lo que se encontrase por el camino. Mimi tuvo que llamarla varias veces cuando la cabrita se quedó mirando su reflejo en un charco y dándole con una de sus patas al verlo moverse.

Tardaron muy poco en llegar a casa de Ana y una vez cruzaron el portón de la entrada Mimi cogió a Lola en brazos y miró al cielo viendo que a lo mejor si que llovía de nuevo.

Se acercó a la puerta de la casa y llamó pegándose a la pared porque empezaba a chispear amenazando con romper a llover del todo enseguida.

- ¡Ay Mimi hija, Hola! Pasa, pasa, que te mojas - le abrió el portón y la rubia entró corriendo - ¿cómo tu por aquí?

- Pues que creo que Lola se os ha escapado porque estaba en mi jardín. Que no se como habrá entrado ni nada pero vamos... estaba - dijo soltando en el suelo al cabritillo que ya no quería estar más rato en los brazos de Mimi y que saltó alrededor de las piernas de Amparo contenta.

- ¿A si? Pero que extraño - dijo la mujer agachándose a acariciar a Lola - eres una traviesa tu, eh.

- No se como lo habrá hecho pero la traje para que no os asustarais si no la veiais - dijo encogiendose de hombros.

- ¿Abuela vienes a ver la peli o le doy y la veo sola? - se escuchó decir a Ana desde alguna de las habitaciones a las que daba el zaguán de la entrada.

- Bueno, yo me marcho Amparo. Os dejo, sólo venía a eso - le dijo Mimi a la mujer con una sonrisa dándose la vuelta hacia la puerta.

- Pero si está lloviendo a mares mujer. ¿Cómo te vas a ir?

- Que no si... - no acabó la frase porque al abrir el portón vió tanta agua caer junta que se quedó en el sitio - hostia puta.

- ¡Abuela! - Ana salió con un jersey largo como única prenda sin esperarse la presencia de Mimi y abrió mucho los ojos al verla - Ho...hola.

- Hola Ana - miró a la morena y a su abuela alternativamente mordiendose el labio - a lo mejor si me tengo que quedar hasta que deje de llover un poco.

- Claro que si, ¿Ana por qué no le dejas algo seco? y si me dejas tu ropa yo te la pongo a secar Mimi - dijo la mujer resolutiva - no está muy mojada pero no vayas a coger frío.

- Si... em... claro, ven conmigo - Ana muy roja y sin saber como comportarse se dirigió a su habitación para lo que tenían que atravesar el patio interior y una vez entraron en el dormitorio sin mirar a la rubia se puso a buscar en su armario.

- Ana perdona la invasión, no te compliques y dame lo que sea.

- ¿Cómo te ha dado por subir ahora? - le dijo dándole unos leggins y un jersey ancho.

- Se os escapó Lola - Ana puso cara de extrañeza - no se como, pero estaba en mi jardín. Esa cabrita es muy lista.

- No me cabe duda, puedes... cambiaste aquí si quieres. Mi abuela y yo íbamos a ver una peli, te esperamos en la salita y... bueno, eso.

Ana no le dió tiempo a responder a la rubia porque se enfiló en hablar con su abuela antes de que Mimi volviese a aparecer.

- Amparo Molina, ¿Qué has hecho?

- Ana Guerra, no se de qué me hablas.

- Te digo que he besado a Mimi, que la he cagado y no va a volver a hablarme y tu cabra de ni dos meses se escapa y aparece en su jardín para que más casualmente aún, ella tenga que venir a traerla. Es que hasta la lluvia puede ser cosa tuya. ¡Bruja!

- Cariño, tu película es mejor que la que vamos a ver seguro - le dijo la mujer alzando la cabeza.

- Ya, como que no te conozco - se sentó al lado de su abuela y está le retiró el pelo de la cara - Mimi no me va a hacer caso por mucho que Lola se pierda abuela así que déjalo... si la tonta he sido yo por pensar que le podía interesar un poco.

- Ana, hija, es que si la besas así de sopetón conociendoos de dos ratos... que no todo el mundo se enamora al segundo como tú.

- Que es igual abuela... déjalo estar ¿vale? por favor - le puso un puchero triste.

- Pero...

- Que Lola no se pierda más y deja estar el tema - le pidió abrazandose a ella y Amparo hizo como que se cosia la boca para no decir más del tema y luego abrazó a su nieta - gracias.

Pocos minutos después Mimi apareció por la puerta de la pequeña salita y se sentó con algo de vergüenza entorno a la mesa camilla viendo la escena familiar tan entrañable de Ana y Amparo.

La película era una comedia romántica sin mucho misterio y Mimi se quedó un poco dormida al final. Estaba cansada y el calorcito de la mesa camilla terminó de vencerla.

- ¿Como puede ser tan guapa dormida? - le susurró Ana a su abuela al acabar la película sin hacerle caso por estar mirando a Mimi dormir relajada acurrucada en el sillón orejero y tapada hasta el pecho.

- Ay hija mía, que fuerte te dió - Ana se sonrojó y se tapó la cara con las manos.

- ¡Calla! Déjame.

- Si yo te dejo - le acarició la cabeza y Ana sacó su cabeza con sus mejillas sonrosadas de detrás de sus manos - ¿por qué no la despiertas y veis algo mientras preparo la cena?

- No... dejala dormir, tiene carita de cansada ¿no? un poquito. Te ayudo a... - fue a levantarse pero su abuela la hizo sentarse de nuevo.

- No soy ninguna anciana incapaz, quédate ahí Ana Guerra. No la despiertes si no quieres pero quédate ahí - Mimi se removió en el sillón orejero un poco y Ana temió que la estuviera oyendo.

En cuanto se quedaron solas Ana dudó un poco pero sacó un móvil para hacerle una foto tan bella como estaba. Su abuela tenía algo de razón, le había dado fuerte con aquella chica.

Se conocían de tres días pero a ella físicamente le había atraído desde que la vió atrapar a Lola entre sus brazos. O bueno, de antes porque aunque no la hubiera reconocido si que la conocía de verla bailar. Vaya que había visto sus actuaciones bailando con detalle.

Pero desde que la oyó hablar se le encendió el corazón por como se expresaba sobre todo. Por la pasión que tenía al defender lo suyo y la emoción que notaba que iradiaba.

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No me pidais más capítulos porque estoy preregla, muy sensible y digo a todo que sí.

Piedad.

PD: decidme si os hace gracia para saber si se escribir humor o sólo drama de llorar porfa. ;)

que lo que un cabritillo ha unido no lo separe el hombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora