13. por favor unas tostadas, no pido tanto

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- Vale, sólo tenemos que ir al super entonces ¿no? - Mimi asintió con los ojos cerrados dejando que el sol le diera en la cara al bajarse del coche - pero si tomas el sol todos los días - le dijo el hombre riéndose al verla disfrutar tanto.

- Ya pero no es igual - Patricio cerró el coche con el mando mientras lo rodeaba y se apoyó al lado de la rubia.

- Cuando tu quieras, nena - Mimi le dió un golpe en el hombro empezando a caminar y luego el canario se rió, se puso a su altura y la cogió la mano mientras caminaban hacia el supermercado.

Normalmente había ido uno de los dos solos a hacer la compra pero como habían pasado a la fase 1 les había parecido buena idea hacerlo juntos y así airearse ambos después de tanta tensión la noche anterior.

Cuando Mimi estaba metiendo tomates en una bolsa de plástico y haciendo un discurso larguísimo sobre cómo elegir los mejores tomates para el gazpacho según su madre Patricio escuchando unos click de cámara miró a un lado y vio a un fotógrafo detrás de una de las estanterías asomándose.

- ¡No me jodas, tío!

- ¿Qué pasa? - Mimi miró a todas partes sin ver nada y el canario le quitó la bolsa de tomates de las manos dejándola en la estantería y dándole la espalda al fotógrafo, intentando que no se les viese la cara aunque Mimi no ayudase mucho a aquello porque todavía no entendía que pasaba - Patri pero ¿qué te ha dado?

El canario la sacó del supermercado casi a rastras después de rodear un pasillo y se giró para ver si le habían dado esquinazo al fotógrafo pero parecía que no porque le vio salir tras ellos.

Ahí fue cuando Mimi también le vio y resopló entendiendo porque habían salido corriendo. Miro a su alrededor y cambio de rumbo cruzando hacia una calle más estrecha, viendo un bar que hacía esquina cogió del brazo a Patricio y tiro de él para meterle dentro.

- Perdonen pero aún no atendemos clientes - dijo una mujer nada más verles entrar.

- Perdona pero nos está siguiendo y... es un segundo - dieron la espalda ambos a la puerta de la entrada pero la que debía ser la dueña se acercó a ellos.

- Lo siento pero es que las normas de...

- Sole deja a la chica anda, que yo la conozco y cierra ahi que la van a ver - la mujer dudó pero ante la indicación de Amparo cerró la puerta del bar antes de que el periodista se asomase a ver si estaban allí.

- Dios, gracias - dijo Mimi a ambas poniéndose una mano en el vientre con alivio.

- Nada hija - Amparo se retiró la mascarilla y fue cuando Mimi la reconoció que se acercó a darle dos besos quitándosela también.

- Te juro que no te estaba conociendo con esto - la rubia se rió mucho más relajada después de saludarla.

- Normal, si no se me ve la cara.

- Y con lo bonita que la tienes - señaló la mujer al otro lado de la barra y Amparo le sonrió.

- Es Sole, mi...

- Tú novia - terminó Mimi intentando darle dos besos con la barra en medio - encantada, soy Mimi.

- Si, si te he conocido ahora. Encantada, cielo.

Patricio que no entendía más bien nada de lo que veía se acercó a Mimi poniéndole una mano en la cintura y la rubia cayó en la cuenta de su presencia.

- Ah sí, perdona. Es Patricio, mi chico - hizo señas presentandoselo a Amparo y el canario le dió la mano a las dos mujeres amable pero sin ser tan cariñoso como su novia - son Amparo, te he hablado de ella, es nuestra vecina, y Sole su novia.

que lo que un cabritillo ha unido no lo separe el hombreDove le storie prendono vita. Scoprilo ora