18. octubre es el mes de la nueva normalidad, para todo

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Tenía los músculos entumecidos, tensos de tanto movimiento y el agua caliente del baño le estaba dando la vida. Notaba la contractura en la espalda torturándola, se había hecho daño por no calentar bien pero es que iban con el tiempo muy justo y la parte de coreografía tenía que estar lista ya de ya. Iban muy mal de tiempo para esos planos por unos cambios de última hora.

La bomba de baño le había dejado el agua de color rosita y con un aroma muy relajante de lavanda que la calmaba todo el cuerpo según estaba con los ojos cerrados en silencio respirando calmada. De fondo escuchaba un poco a su madre haciendo no sabía bien qué.

El móvil sobre el lavabo empezó a vibrar y Mimi abrió los ojos fastidiada pero se incorporó para atender la llamada estirando el brazo para coger el móvil.

Se quedó congelada a medio camino de volver a tumbarse en el agua al ver que quien la llamaba era Ana y que para más acierto era una videollamada.

Con medio cuerpo fuera del agua miró a todas partes y pensó rápido en salirse del agua y ponerse algo para responderla pero la contracción de su espalda le dejó claro que mejor si se volvía a meter del todo en el agua caliente y con esas Mimi respondió con una mano fuera del agua enfocando su cara limitada por el agua rosacea.

- Ay, lo siento, te pillo fatal.

- Un poco indispuesta quizás pero... ná.

- Encima videollamada, perdón.

- No pasa nada Ana - le dijo con una sonrisa en los labios muy sincera al ver a la morena con un jersey de cuello alto y una coleta algo despelujada en la pantalla se ponía algo roja.

- Es que después de tantos meses de videollamadas ya hablar sólo se me hace muy raro.

- También me pasa - Mimi sonreía como una tonta y Ana al verla y quedarse ambas en silencio se rió un poco.

- Te... te llamaba porque... bueno, empiezo las clases en quince días como te dije y hoy llegué a Madrid.

- Ah, eso explica el jersey - Ana se miró a si misma y asintió dándole la razón.

- Sí, vine en el AVE y de Atocha a casa pasé frío - se reía nerviosa - pero... bueno, te llamaba por si querías que nos tomasemos ese café que tenemos pendiente.

- Claro, cuando quieras.

- ¿Mañana? - preguntó ilusionada aunque tratando de no demostrarlo demasiado.

- Ay no puedo. Tengo audiciones de bailarines para el show del Wizinck y vamos a estar seguro todo el día.

- Pues... ¿el jueves?

- Ensayos para la promo - se mordió el labio fastidiada, tan cuando quieras no iba a ser - Es que llevamos tanto sin ensayar que Juan quiere repasar todo el show, además con los nuevos y...

- Vale, vale, cuando puedas.

- Jo y el viernes sale Santeria y es toda la promo en radio, televisión, revistas y...

- Mimi cuando puedas - le dijo bastante chafada pero sincera - llevamos sin vernos cuatro meses, por unos días más...

- Ya - se mordió el labio pensado - el sábado por la mañana tengo una prueba de vestuario pero a lo mejor acabo pronto y podemos cambiar el café por comer... si no se complica mucho y...

- ¿Si que quieres que nos veamos? - Ana agachó la cabeza, no quería mirarla si le respondía que no.

- Sí, Ana - esperó a que la morena levantase la vista para decírselo de nuevo - me apetece mucho verte. Tengo una cosa para ti.

que lo que un cabritillo ha unido no lo separe el hombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora