17. este instagram está mu soso

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Mimi se tiró en el sofá en cuanto lo tuvo cerca, en realidad estaba cansada y no es que hubiese hecho gran cosa. Había hecho una entrevista en todo el día, el trabajo ni empezaba pero estaba agotada.

Se quitó los pantalones dando patadas al aire para quedarse solo con el bañador que le había hecho las veces de top para la Resistencia y cogió una manta del sofá y se tapó las piernas.

Le molestaba el maquillaje de los ojos pero no quería levantarse a por nada para quitárselo así que se limitó a cerrarlos unos minutos hasta que se dió cuenta que su mente sin distracción se le iba a la morena y cogió el móvil para distraerse.

Miró las historias de sus amigos, comentó alguna cosa y hasta puso algún tweet porque salía la canción de Danna y le hacía ilusión haberla ayudado en el videoclip pero la distracción le duró hasta que vió de pasada una publicación de una cuenta fan en Twitter.

Alguna loca se había enamorado de Lola y había creado una cuenta donde parecía que todos los días subía la única foto que al final Mimi publicó con ella. Eso la llevó a ver lo que no había publicado. Le había robado algunas  fotos a la cabrita jugando en su casa de Granada y también se había hecho un par de selfies con ella aquel día cuando las dos se tiraron al suelo a jugar con una camiseta de Patri que al final después de tantos tirones Mimi escondió como el que no quiere la cosa en la basura.

Pero lo que le dolió más ver fue el vídeo que Ana le grabó mientras la daba de comer. Se oía la voz risueña de Ana por detrás y apenas unas horas después se estaban liando en la cama de ella y Mimi no hubiera querido parar. Aunque lo hizo.

Dejó el móvil boca abajo en su pecho y se llevó las manos a la cabeza suspirando. Encima en la entrevista se había sentido rara al decir que había estado rodeada de cabras y le había dado una risa floja que le costó, pero pudo controlar.

- Es que eres boba, Miriam - se dijo a si misma negando y volviendo a ver el vídeo. Le daba mucha ternura y egoistamente le gustaba como se veía en el. No de forma superficial porque se viese guapa sino... se veía muy humana, muy natural y muy relajada.

Aquello la llevó a mirar su perfil, había archivado tantas fotos que sólo le habían quedado las más profesionales. Había sido un arrebato en un mal día. Un día de eso en los que cualquier mínima crítica te deja en la cama llorando y que quieres alejarte de la fama de golpe pero que, ahora, al ver su perfil no le gustaba. Era casi impersonal y pensó en arreglarlo subiendo el vídeo con Lola. Devolverle más naturalidad a sus redes, más ella.

- Fijo que a la loca de la cuenta le da un algo - se rió un poco entre dientes mientras seleccionaba el vídeo para publicarlo - ¿dejó la voz de Ana?

Unos minutos después decidió que no quería eliminar aquella risa verdadera del vídeo porque escucharla le daba algo de paz y el vídeo en silencio le dejaba mucho más indiferente.

Subió el vídeo a Instragam acompañandolo de algunos emoticonos y se quedó escuchandolo durante varios minutos hasta que un arrebato de valentía le hizo marcar el número de Ana y esperar los cuatro tonos que sonaban.

- ¿Si?

- Hola... Ana soy... Mimi.

- Si, lo sé, te tengo guardada.

- Es verdad, que tonta yo.

- ¿Querías algo? Es que me pillas un poco mal - sonó algo extraño y Mimi se puso nerviosa.

- Bueno es que... quería... decir que... bueno que me he tenido que venir a Madrid por curro y pues... eso que... estoy aquí.

- Ya, mi abuela tiene puesta la Resistencia.

- Ah, yo... acabo de llegar de allí. ¿Qué te está pareciendo? ¿Mejor que la otra? ¿Se me ve más relajada?

- Yo no la estoy viendo - ahí su tono si fue más duro y Mimi tragó saliva.

- Ah, claro, estarás haciendo cosas del curro o... estabas ocupada. Perdona. Te dejo que sigas con lo que hacías sólo...

- ¿Mi abuela te hizo sentir muy culpable cuando te marchaste? - le dijo bastante mordaz pero bastante más dolida.

- Pues... un poco pero... además yo... quería... hablar contigo.

- ¿Para? - cada vez se la notaba más a la defensiva.

- Para que no pensases que me fui por lo que me contaste, no fue por eso pero... no me acordé de decirte que tenía mucho curro pendiente y...

- Mimi no tienes que darme explicaciones, lo pillo.

- Ana... - suspiró algo más derrotada que antes, no quería que acabasen enfadadas.

- ¿Qué? - lo dijo con pesadez, como cuando tu madre te llama muchas veces pero no te dice para qué y terminas yendo a ver que pasa.

- Yo... lo siento, debí hacer caso a Amparo y subir a decirte porqué me marchaba y como quedábamos tu y yo. Tenía que haber hablado contigo.

- Mimi tu y yo quedamos como nada, lo que hemos sido siempre y ya está.

- ¿No podemos ser amigas siquiera?

Ni ella sabía porqué preguntaba aquello si no se veía capaz de ser su amiga. Si tenía un lío en la cabeza que la tenía en mínimos históricos y no la dejaba ni pensar.

- ¿Eso quieres? - Ana bajó todo su tono hostil de repente, eso no era algo que hubiera previsto y la dejó descolocada.

- Sí - respondió sin darse cuenta de que lo estaba haciendo y la morena internamente no se lo creía.

- Pues... eh...

- ¿Vas a seguir en Graná? - preguntó un poco nerviosa por como Ana también parecía estarlo pero no dandola tiempo a volver a poner tono enfadado.

- Sí, al menos hasta que no se reanuden las clases y tal... no tengo mucho que hacer en Madrid. Aunque a mi abuela ya con Sole rondando cada poco por aquí le vengo sobrando.

- No me creo eso - se rió un poco y Ana le reafirmó que era cierto en el mismo tono de broma - te lo decía por... tomar algo algún día. Cuando vengas de nuevo a Madrid, claro.

- Si tu quieres... aunque será dentro de bastante, supongo.

- Siempre se toma mejor un café calentito en invierno que no a cuarenta grados - Ana hizo un sonido de asentimiento y después se hizo un breve silencio entre ellas.

- Bueno pues... te aviso cuando vaya a Madrid y ya vemos cuando tienes un hueco, Lola Índigo - dijo el nombre con tono de broma dandole mucho bombo pero a Mimi le quirrió igual.

- Tu me conociste siendo Mimi, las dos veces - ni siquiera acabo la frase por que no le hizo falta y Ana lo captó - y si, me avisas y... anulo algo. Un vídeoclip o una entrevista también, según quieras café con tarta de merienda o sólo café.

Escucho la risa de Ana y la memorizó en su cabeza como estaba en su móvil la del vídeo con Lola.

- Te dejo hacer tus cosas, Ana.

- Emm... sí, claro.

- Que no se te haga pesado - le dijo sincera despidiéndose y encontrándose una sonrisa en los labios que ella no pretendía tener.

- Espero que no - se rió entre dientes pensando pero lo hizo al final - y también que te vaya muy bien todo hasta que nos veamos, Mimi. Sacarás un par de temazos increíbles seguro, como siempre. Vas a hacerlo genial.

- Muchas... gracias - se sonrojó un poco y Ana algo cortada por su espontaneidad colgó enseguida antes de decir nada más.

Se suponía que estaba enfadada por no despedirse siquiera pero en el fondo la entendía perfectamente. Le dolía un poco, pero lo entendía y el enfado sólo fue una pose de autoprotección en los primeros dos minutos de llamada.

que lo que un cabritillo ha unido no lo separe el hombreWhere stories live. Discover now