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━GALAND DE LA VERDAD━
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──Así que esto es un nido de humanos. ─hablo mientras masajeaba el cuerno en su barbilla. ──Han cambiando muchas cosas durante estos malditos 3000 años. ─miro a su alrededor a las personas que observaban lo que ocurría. ──Pero como siempre, están a numerados. Su habitó de estar juntos no ha cambiado. Esta muy apretado. ─tomo con fuerza su lanza.
Con solo unos movimientos destrozo las casas y calles a nuestro alrededor dejando un área decente para una pelea.
──Mi amada ciudad... ─el rey Arthur no creía lo que miraba.
Sentí a Hawk esconderse a mis espaldas temblando de miedo.
──¡Eso nos dará un poco más de espacio! ─dijo mirando a su alrededor. ──Muy bien, Meliodas. ¡Pon atención, estaba esperando para tener una buena pelea contigo!
Sin esperar ni un segundo más, papá se lanzo a él logrando cortarlo pero su lanza lo atravesó. Lo que me alivio era que solo era un clon. Dos más aparecieron a su espalda pero con su lanza los corto creando una gran ventisca que azoto a todo Camelot.
Merlín uso su cubo perfecto para mantener a el rey Arthur, Elizabeth, Hawk y a mi a salvo.
Mientras estaba encerrada miraba con temor la pelea, pues Diane se sumo a ella ganando fuertes heridas y una de ellas fue en la cabeza. Merlín lo hizo desaparecer al ver que no estaban en ventaja.
──¡Srta. Merlín! ¡Qué increíble! ─expresó la princesa.
──¡¿Papá, Diane, se encuentran bien?! ──pregunte al verlo levantarse con dificultad e ir con Diane. ──Si tan solo pudiera salir de aquí podía usar mi magia para curarlos. ─me mordi mi labio al no poder hacerlo.
──¡Galand despareció! ─exclamó el rey.
──¡Fue la teletransportación de mi superior! ─le dijo Slader.
──No lo hice desaparecer. ─aclaró la pelinegra. ──Saltó varios kilómetros lejos del rango de mi poder mágico. ─explicó. ──Eso fue una retirada pero aún lo percibo.
En eso él apareció en un milisegundo detrás de ella sorprendiendo a todos.
──¡Te digo algo, los hechiceros furtivos como tú son a los que más odio! ─la miro.
──¡Merlín! ¡Escapa! ─le gritó Arthur.
Antes de que Galand la golpeara Slader se puso al frente usando su poder pero algo lo hizo estremecer que solo logro recibir un gran golpe perdiendo un brazo.
──¡Alto! ─el demonio miro a Merlín. ──Hagamos un trato, ¿te parece? ─movió su cabello dejando ver su marca del Jabalí de la Gula. ──Galand de los Diez Mandamientos, servidor del Rey de la raza Demoniaca, debo admitir que tus habilidades y tu poder superan mis espectativas. A pesar del sello que te mantiene puedes matarnos. Podías retirarte por ahora, a cambio le daremos lo que tu y tu gente desea, lo que necesite para lograr su meta. Estoy muy segura...
